You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
EL LIBRO MÁS TRISTE DEL MUNDO<br />
frío que me resbalaba por la frente hasta los ojos.<br />
Un par de turistas se me acercaron para preocuparse<br />
por mi salud, Sidartha les pidió gentilmente que<br />
nos dejaran solos; don Lucas está bien, dijo. Cuando<br />
estábamos solos nuevamente, se sentó a mi lado<br />
y como si fuera una sentencia anunció: es hora de<br />
partir. Usted y yo tenemos que irnos para su casa en<br />
Miami y allí revisaremos cómo podemos hacer mejor<br />
las cosas. Yo estoy enterado de casi todo. No<br />
<strong>más</strong> cierro los ojos y puedo ver la habitación con el<br />
ojo en la puerta. Desde hace tres años no hago <strong>más</strong><br />
que seguirle y ponerle <strong>del</strong>ante las cosas que necesita<br />
reunir para todos los remedios. Baba me pidió<br />
que me encargara personalmente de su caso y es<br />
hora de probar. Usted trae a su nieto y comenzamos.<br />
Me puso una mano en el hombro. Ya nunca<br />
<strong>más</strong> estará solo. He apartado un boleto a su nombre<br />
en el avión de esta noche a las ocho para Miami.<br />
Yo no lo necesito para viajar. En nada estaremos<br />
allí. Reviso todo lo que tiene y usted me pone al<br />
tanto de la información que me falta. Digo, si no<br />
tiene objeción. Te puedes imaginar, hija mía, que<br />
me quedé estupefacto. Un muchacho de apenas diez<br />
años me tendía un increíble puente hacia la vida de<br />
mi nieto. Todo fue muy sencillo. Cuando llegamos a<br />
mi hotel eran las seis de la tarde, comí un bocado<br />
deprisa y me extrañó que Sidartha no quisiera probar<br />
comida alguna. Tenía entendido que los indios<br />
tienen mucho apetito. Tampoco quiso comer nada<br />
en la cafetería <strong>del</strong> aeropuerto y menos en el avión.<br />
Cuando le pregunté me dijo que solamente comía<br />
verduras y frutas, y nunca lo hacía después de las<br />
siete de la mañana. Es un muchacho <strong>del</strong>gado y fuerte,<br />
de piel curtida aunque con ademanes elegantes.<br />
Habla correctamente el español y se comporta como<br />
un príncipe. Vive en paz. Si quiere dormir no <strong>más</strong><br />
tiene que cerrar los ojos. Aunque para decir la verdad,<br />
duerme muy poco, se la pasa leyendo gruesos<br />
<strong>libro</strong>s de sabiduría, lo mismo antigua que moderna.<br />
Es un buen muchacho y le hará bien a Luquitas.<br />
29