LiUSK

Tony Boza
Arauca, allá en mi tierra, yo sería feliz siendo maestro de primeras
letras, cumpliendo la máxima de Simón Rodríguez, de que hay que
preparar a los niños para el futuro; pero siempre y cuando ese
maestro de primeras letras sepa que hay un capitán llevando la
nave hacia puerto seguro.
Así que no es una aspiración personal dirigir. Además, Antonio
Gramsci decía que un movimiento debe ser dirigente antes de tomar
el poder. Creo que somos dirigentes ya del pueblo venezolano.
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Como podemos ver, el Comandante tenía ya una visión clara de su peso
en el nuevo cuadro de posibilidades para el movimiento popular. Y lo que
queremos destacar en esta nota, es que esa visión era compartida por Fidel
Castro Ruz, en esa época tan temprana.
Asimismo, otro episodio que resaltamos, cuestión menos conocida aún, está
asociado con uno de los pensadores marxistas más importantes de los siglos
XX y XXI, discípulo de Georgy Luckacs, el intelectual húngaro István
Mészáros, autor de varias obras, entre ellas su obra fundamental “Más allá
del Capital”.
Para Mészáros, Hugo Chávez era el líder emergente de los nuevos procesos
en Latinoamérica, además, también lo consideró como un teórico revolucionario,
en una época que hasta el Partido Comunista de Venezuela evitaba
reunirse con Chávez (dicho por el propio Comandante en el libro "El Encuentro",
citado en esta obra), el Comandante Chávez recibía el reconocimiento
de tan proverbial intelectual, quien en su obra “Más allá del Capital”
entre las páginas 817 y 818, lo cita en cinco oportunidades, abordando los
conceptos políticos elaborados por Chávez desde la cárcel de Yare. Estamos
hablando del año 1995, cuando todavía en nuestro país no se apreciaban las
cualidades teóricas del Comandante Eterno, especialmente por parte de la
clase política. Eso sí, ya el pueblo lo había visualizado como su Comandante.
Para Mészáros resultaban interesantes los planteamientos referentes a la de-
60. Elizalde, Rosa Miriam; Báez, Luis. El Encuentro, Oficina de Publicaciones del Consejo
de Estado, La Habana, 2005, p. 142.
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