Nº - Legislatura de Río Negro

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Septiembre 21
Díaz-Schlitter
Por suerte para los agentes públicos existen las contradicciones y la
falta de coherencia en los distintos actores del Gobierno.
El 7 de junio pasado en el Diario Río Negro el presidente de la Liga de
Intendentes Justicialistas e intendente de General Roca, Martín Soria, dijo
textualmente que “su enemigo o adversario es todo aquello que queríamos
transformar y todavía nos está costando, como los siete mil ñoquis que tenemos
que echar”, pero para aportarle mayor confusión a la cosa, a los pocos días, el 12
de junio para ser mas preciso, el gobernador Weretilneck declaraba en el mismo
Diario Río Negro que no creía en la existencia de ñoquis en el Estado rionegrino.
Todavía se escucha el eco de aquellas penosas declaraciones
realizadas, en fecha previa a la fatídica sesión del 29 de diciembre pasado por
parte del señor Gatti, funcionario nada más y nada menos que de la Función
Pública Provincial, quien oficiando como vocero del Gobierno en una conferencia
de prensa decía, con un admirable coraje cívico “los vamos a echar a patadas”
refiriéndose a los trabajadores.
La revista La Tecla, en su edición del 17 de mayo de 2012, produce un
extenso y dramático informe sobre las listas negras en Río Negro, con
declaraciones de los trabajadores afectados.
Podría seguir mencionando antecedentes, lo que tiene que quedar en
claro, lo que me interesa que quede en claro, es que no estamos hablando de una
ley que fue impulsada con el ingenuo propósito de elaborar organigramas, que
para eso no hace falta una ley, se trata de una ley que fue impulsada para
desplazar del Estado a aquellos trabajadores que no adscribían con la afiliación o
la ideología del partido del Gobierno.
Se menciona también en los fundamentos de proyecto la conformación
de una comisión calificada como histórica, que como nunca se hiciera desde la
sanción de la ley L número 3.052, y que ha actuado en procura de realizar un
íntegro relevamiento de los recursos humanos dependientes del Poder Ejecutivo
Provincial, para agregar a renglón seguido, lamentablemente, una mezquina y
oportunista postura política asumida por la oposición prefirió desistir de su
participación antes que asumir la responsable tarea de contribuir a la labor que
esta ley encomendara a la Comisión de Transparencia.