Machaira - Identidades

JC predica que no debemos embriagarnos con vino, sino que debemos ser llenos delEspíritu (Efesios 5:18), y basa en ese versículo su defensa a las “manifestacionescarismáticas” que él promueve y presenta cual cirquero. Es tan mala su exégesis (dudo quela tenga) a este verso, que sería como si al beber vino, las personas, en vez de embriagarsese volvieran más sobrias: ¿quién ha dicho que ser llenos del Espíritu devieneen toda esa parafernalia propia de ritos que se ejecutan bajo la santeríaafricana?Llantos, gritos de histeria, tumbadas, personas en trance moviendo las manos en formadescontrolada, ¡éxtasis!, todo como la “supuesta” respuesta a la presencia del EspírituSanto de Dios que llena el lugar en donde él está predicando.Algo que me parece “un dato curioso” de comentar es que, él insiste mucho en que laspersonas mantengan los brazos en alto por largo tiempo (si se le cansa un brazo, continúecon el otro brazo en alto), y cuando las personas pasan adelante y esperan su turno de labendición, creen que los movimientos incontrolables (espasmos y tiritones) soncausados por el “toque del Espíritu” y no por el cansancio y dolor provocado por eldesgarro muscular mientras esperaban “su turno” de ser ministrados... Punto aparte de losque se dan vuelo fingiendo que “tiemblan”: un mecanismo falaz que equivale a: “sifinjo e imito es más posible que ese ‘espíritu me haga caso”.Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sedllenos del Espíritu,Efesios 5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticosespirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;Efesios 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre denuestro Señor Jesucristo.Lo opuesto a la embriaguez es el Control Sobrio por la llenura delEspíritu Santo, de todas las personas que son usadas por el Señor.Al final de la última jornada, JC me llama para enrostrarme mi “falta de fe” (en él, porquetengo bien puesta mi fe en Dios) y para hacerme una “demostración” de cómo opera elpoder de Dios, realiza el siguiente experimento:Llama a un niño de unos ocho años de edad, le coge la mano derecha y le dice al niño quecon la mano izquierda toque la cabeza de una joven mujer que estaba esperando serministrada. Me mira y me dice: “¡Observa John!”.... Yo le respondo: “¿Qué?”, y convoz de autoridad replica: “¡observa como fluye el poder de Dios hacia lasmanos de este niño y como el Señor hace la obra en esta joven mujer!”.John F. Anderson H. μάχαιρα MACHAIRA 133 de 505