Machaira - Identidades

en su libre albedrío, permiten que el Espíritu Santo les guíe en el proceso de conversión desus vidas. En este proceso, las personas tienen hambre y sed de Dios.Por esta razón, no debe mezclarse “evangelismo” con “alimentación para el crecimiento ydesarrollo de la conversión”.El evangelismo, consiste en anunciar el plan de Dios para la salvación del hombre. Es paramostrar la condición caída del hombre versus la reconciliación con Dios por medio deJesucristo. Es para enfrentar a la gente con el horror del infierno versus la hermosura de lavida eterna en el cielo. Eso es evangelismo. Anunciar las buenas nuevas de libertad delpecado y la salvación por medio de la sangre de Cristo.Estudiar la Biblia es necesario para alimentar a los ya convertidos o a los que seencuentran en un continuo proceso de conversión.Los inconversos deben, en primer lugar, conocer y reconocer su condición de pecadores,apartados de Dios y condenados al fuego eterno. Esto lo hace el Espíritu Santo cuando sepredica el evangelio. El Espíritu Santo es el que convence de pecado.Si un inconverso llega a un culto y ve y escucha prodigios y milagros y no se convence depecado (pero se motiva por las expresiones usadas por el predicador y por las prácticas quele animan) ...¿debe aceptar a Cristo?...¿Por qué digo esto?; porque en muchas congregaciones se les ofrece a los inconversos laposibilidad de acceder a todos los beneficios de un cristiano, a cambio de aceptar a Jesúscomo el salvador de sus vidas. Así, ante el cúmulo de bendiciones que le tocarán por sercreyente, el inconverso decide (al igual que decide ingresar o no ingresar a un partidopolítico u otro) si acepta o no a Cristo. Si esa decisión no es inspirada por el Espíritu Santo(como está sucediendo últimamente) y solamente ha sido inspirada por el propio deseo dela persona inconversa, motivada por la arenga del predicador, la cosa no funciona. Ha sidoalgo emocional.Muchos “falsos profetas”, defensores de estos nuevos “movimientos”, “formas” y“prácticas” de la restauración, combinan la “predicación” con la “demostración”(generalmente fallida) del evangelio. De esta forma, restan importancia a la Palabra deDios, y dirigen su atención hacia las señales, milagros y prodigios (generalmente nodemostrables o fraudulentos). Con esto, irremediablemente, terminan por denigrar elpoder de las Sagradas Escrituras en la predicación del evangelio.Si las personas se resisten a escuchar la voz de Dios en la “lectura” de la Palabra de Dios,ningún milagro los llevará a confiar en Dios (la Fe es por el oír, y el oír, por laPalabra de Dios).En la conversión Dios usa el mensaje ...no el milagro.La espada del Espíritu no es el milagro, sino la poderosa Palabra de Dios.John F. Anderson H. μάχαιρα MACHAIRA 314 de 505