Machaira - Identidades

Pablo: “Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que pornaturaleza no son dioses; mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos porDios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales osqueréis volver a esclavizar? (Gálatas 4:8-9)La espada utilizada por el autor lleva el nombre que acompaña a este libro, Machaira: laEspada del Espíritu, la Palabra de Dios (Efesios 6:17). Ésta, resulta ser un arma letal paraaquellos practicantes de doctrinas hechizas y cultos ególatras. Con minuciosidad ypaciencia, Anderson disecciona para el lector la situación que guarda su iglesia (que no essino el modelo atrasado de lo que pasa en muchas otras, menos o más grandes, a través delmundo), y con magistral manejo de la Palabra de Dios desnuda a esa elite presuntamente“re-novada-restaurada” que, cual lobo rapaz, devora a su iglesia con doctrinas más quedeleznables.La voz del autor parece una sola en medio del desierto: toda la maquinaria pesada de lasoberbia y el orgullo (representada por un pastor autoritario, diáconos sumisos y miembrosindulgentes) cae de peso completo para tratar de acallar –mediante argumentos huecos ydiscursos sin sustento bíblico—ese grito solitario. Disciplinas de manual, agendasescondidas, reglas no habladas, “textos que sirven como pretextos”, falsos argumentos,alianzas concertadas, mafias espirituales y un sinnúmero de conductas esquivas ydocumentos “oficiales” sacados de la manga, son las “armas” que pretenden enfrentar aMachaira. Vano intento. El lector mismo podrá constatar (si es que él mismo se hallasumido en escenarios como éste), que las modernas doctrinas con tinte de carisma adolecende filo en ambos lados de su arma...Que sólo bajo el control, la manipulación y elsecretismo pastoral que obliga al servilismo, es posible hacer sobrevivir enseñanzascontrarias al evangelio de Jesucristo.Para el lector acostumbrado a un lenguaje “decente”, “respetuosamente cristiano”, leparecerá que Machaira ha sido escrito por alguien que no conoce a Cristo: craso error.Porque el lenguaje utilizado aquí por Anderson es el de Jesús llamando “hipócritas, víboras,y sepulcros blanqueados” a los fariseos de sus tiempos; es el mismo usado por Pablocuando habla de “glotones, insensibles, espías, hombres de conciencia cauterizada,contumaces, réprobos de la fe, necios e ignorantes” ─entre muchos otros epítetos nadaagradables a oídos a los castos oídos de estos seudo-pastores.A lo largo de toda su escritura, el autor de Machaira no se sale para nada de ese rol defustigar a los necios y réprobos, y hace uso del recurso de ese lenguaje para erigir unaapologética del evangelio de Jesucristo que ya hacía falta en los días que nos corren. Si,aun, el lector halla en las páginas de este libro un dejo de violencia, no olvide que esa luchaentre la luz y las tinieblas tiene como propósito, en palabras de Jesús, no venir a meter paz ala tierra, sino sacar y levantar la Espada del Espíritu contra todo aquello que se opone a laVerdad de Jesucristo.Ignacio GarcíaVeracruz, México, 2006John F. Anderson H. μάχαιρα MACHAIRA 9 de 505