que ese derecho se reservan. Así, mientras las historias serepiten planetariamente por ejemplo, Estados Unidos deAmérica, de pleno derecho levanta un muro para que lostrabajadores de otros países, principalmente el nuestro, noejerzan su derecho a buscar una mejor forma de vida ycon esto proteger los derechos de sus ciudadanos, estascomisiones nos recuerdan por todos los medios el cúmulode derechos de los que somos propietarios y nos adviertenque son los encargados de hacerlos respetar. Edificios,funcionarios, comisiones gubernamentales, organizacionesno gubernamentales –que no tienen fines de lucro, por supuesto,y que se otorgan a sí mismos el derecho de representara la sociedad–, cursos, diplomados, maestrías y doctorados,altos salarios e infinidad de recursos se destinanpara este fin, a costa de los propietarios de los derechos:toda una industria que deviene posible por medio de losrecursos públicos, ya sea como gasto oficial o a través delfinanciamiento vía deducción de impuestos.eL concepto y eL Instrumentoel término derecho –en su sentido amplio– ha venido siendoutilizado por los distintos actores de la sociedad, indiscriminaday acríticamente. Políticos de ambos lados, deizquierda y de derecha, académicos, intelectuales, líderessociales y sindicales, comunicadores y el hombre mismo, elde la calle, lo utilizan corrientemente, con el presupuestode su inteligibilidad y de su verdad, y por ello, de algunamanera, de su efectividad. Nuestra Comisión Nacional delos <strong>Derechos</strong> Humanos, en sus más recientes mensajes enlos medios de comunicación, hace hincapié en su misión decuidar y velar por los derechos de las personas y, al mismotiempo, hace la recomendación: “no dejes que pisoteen tusderechos”. Pero, dejando de lado a los autores y centrándonosen el enunciado, ¿qué diferencia existe entre velarpor los derechos y velar por las personas? o ¿qué distanciamedia entre no dejar que se pisen los derechos y no dejarque se pise a la persona? Pareciera decir lo mismo, peroen el fondo no lo es. El sujeto de poder, el violador de losderechos, está actuando directamente sobre las personas;el impedimento es físico, aunque el discurso venga en eldisfraz de una metafísica sin sentido. Lo que se violentadirectamente es a la persona de carne y hueso, que traduceel atentado en términos de menoscabo a la libertad y a lajusticia. Pero la reparación del daño siempre será medida entérminos de derecho: logro del Estado burgués moderno,donde el agraviado tenía que someterse a los aparatos queel poder mismo le proporcionaba. El concepto de derechosFOLIOS
<strong>humanos</strong> es un refinamiento del poder transnacional, subjetivaciónsin fin, desintegración de la persona en multiplicidad,proliferación de leyes generales regulando cadauna de nuestras conductas, enfrentándonos a todos con laatribución de unos derechos sin fin, por edades, por actividades,por manías, por deseos.boaventura de sousa santos aseguraba, en el año 1995, enun escrito sobre las universidades, lo siguiente: el éxito enlas luchas por los derechos sociales y económicos en losaños sesenta, los llamados derechos <strong>humanos</strong> de segundageneración. Aprovecho este comentario para acabar conuna pregunta: si hubo éxito en materia de tales derechos,y si tomamos como ciertos los datos sobre la pobreza enel planeta, ¿qué se oculta detrás del enunciado derechos <strong>humanos</strong>?una historia alternativa aparece como posible.B i B l i o g r a f í ade sousa Santos, Boaventura (1995), De la mano de Alicia: lo socialy lo político en la posmodernidad, Siglo del Hombre Editores,Bogotá.foucault, Michel (2004), El orden del discurso, Tusquets Editores,Barcelona.foucault, Michel (2002), Defender la sociedad, Fondo de CulturaEconómica, México.hobbes, Thomas (1984), Leviatán, Fondo de Cultura Económica,México.kundera, Milan (1985), La insoportable levedad del ser, TusquetsEditores, Barcelona.nietzsche, Friedrich (1989), La genealogía de la moral, Alianza Editorial,México.nietzsche, Friedrich (1984), Así habló Zarathustra, Editorial Origen,México.olivecrona, Karl (1994), Lenguaje jurídico y realidad, Fontamara,Buenos Aires.platón (1973), Diálogos, Porrúa, México.FOLIOS
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