Una-teoria-sobre-la-vida

Ángel L. Arroyo Montemayor, María Arroyo Blázqueznos impulsa a actuar. Incluso nuestra razón misma emana directamentede las emociones, puesto que sin la motivación no existiría el interés ni lacuriosidad y el pensamiento racional difícilmente se produciría.La actividad mental, desde la más simple a la más elevada, necesitaa la vez del cerebro y del cuerpo. El cuerpo proporciona al cerebro lamateria prima para sus representaciones. El sufrimiento, ya sea comoconsecuencia de una herida o de un pensamiento siempre tiene lugaren el cuerpo.La participación obligada de las emociones en el proceso de razonamientopuede no ser siempre ventajosa. A veces, cuando se han vividosituaciones emocionales intensas, estas pueden interferir negativamenteen el proceso del razonamiento actual, comprometiendo la propia racionalidady dando lugar a elecciones equivocadas. Pero estos problemas losveremos en el punto siguiente.CONCLUSIÓN. Las emociones son la base que sustenta al ser humano,de ellas depende nuestra supervivencia, nuestra inteligencia y nuestramotivación por la vida.2.5.4. LA ALTERACIÓN DE LOS PROCESOS EMOCIONALESY DE RAZONAMIENTOComo hemos visto, la aparición de los procesos emocionales sedebió a la necesidad de crear unos mecanismos de reacción inmediataque permitieran la supervivencia, razón por la que la mayoría de loscomponentes de las respuestas emocionales se ponen en marcha demanera rápida y no consciente. Posteriormente aparecieron los procesoscognitivos, que desplazaron a las emociones a la hora de elaborarrespuestas frente al medio externo, aunque quizás no debiéramos depensar que la razón nació para desplazar, sino para modular y adaptarlas respuestas, inmediatas e inconscientes, que producían las reaccionesemocionales. Pero veamos de forma simplificada como se coordinanambos procesos cerebralmente:122