Una-teoria-sobre-la-vida

Ángel L. Arroyo Montemayor, María Arroyo Blázquezcerebro ya formado, el niño se relaciona con el mundo exterior en estadostheta y alfa, y como sigue dependiendo a nivel afectivo de sus padres,y en menor medida de los miembros más cercanos de la familia, todassus experiencias estarán marcadas por las creencias y los valores de esafamilia. Es decir, el niño asume como ciertas no solo las ideas que ellostienen sobre el mundo que les rodea, sino sobre él, sus capacidades, suvalía o sus necesidades como ser humano.En la fase de madurez, entre los 7 y 12 años, cuando el niño yaha desarrollado las ondas beta que le permiten el análisis razonado delos sucesos que le acontecen y puede establecer sus propias creencias yvalores sobre sí mismo y el mundo que le rodea, resulta que el análisiscomparativo que realiza para dar un sentido a las cosas lo lleva acabo apoyado en los conceptos ya establecidos que tiene guardados ensu memoria, por lo que al final su valoración estará totalmente condicionadapor unos principios basados en las creencias y los valores de supadres. Se produce entonces una espiral en la que vamos modelandonuestros propios principios en función de unos valores que ni siquierason nuestros y que tienen la tendencia continua a reafirmarse.Sabemos ya de qué base partimos, pero nuestro trabajo como sereshumanos es ir enriqueciendo y modificando esos principios que integrannuestra Conciencia Material hasta llegar a un estado en que su frecuenciavibratoria sea tan elevada que haya trascendido la materia y se integreplenamente en la Conciencia Espiritual. Pero, ¿qué mecanismo utilizamospara llegar a este fin? Para conseguir esto, lo que hacemos es vivir yaprender de la vida.La información de cualquier suceso en el mundo exterior, le llega alcerebro a través de los sentidos para ser posteriormente procesada, perotambién somos conscientes que esta información es realmente limitada, ysi tuviéramos que cuantificarla supondría un 0,025 % del total del totaldisponible. A esto le unimos el hecho de que cuando esta información seaparta mucho de nuestra realidad cotidiana, presenta alguna carencia enalgún aspecto o muestra cierta incoherencia, el cerebro la modifica paraque sea coherente con la información que ya tiene guardada en su memoria.182