Una-teoria-sobre-la-vida

Ángel L. Arroyo Montemayor, María Arroyo BlázquezCon un objetivo que cumplir, el libre albedrío como elemento fundamentalde nuestra naturaleza y la facultad de decantar la realidad mediantenuestra propia frecuencia holográfica dan como resultado la fórmula másperfecta podíamos haber imaginado para nuestra evolución. Tenemos ennuestra mano una fórmula que nos permite ir representando en nuestravida material aquello que creemos en lo más profundo, que no hay queconfundirlo con lo que queremos. Todos queremos que nuestras vidassean equilibradas, felices y cómodas, pero si miramos en nuestro interiormás profundo, veremos como casi todos tenemos viejos programasfirmemente establecidos desde nuestra niñez que nos dicen que hemosactuado mal en algún momento y somos merecedores de lo que nos pasa,que no tenemos capacidades suficientes para llegar a donde desearíamos,etc. Conceptos sobre nosotros mismos y sobre los demás que nos creanmalestar, culpabilidad, rechazo, y otra multitud de emociones humanas.Son precisamente estas creencias más profundas las que se hacenrealidad y se manifiestan delante de nuestros ojos para que las veamosclaramente, las analicemos, las experimentemos y con el uso de nuestrarazón podamos trascenderlas, momento en el cual ya no serán de ningunautilidad y desaparecerán.Si una persona es amorosa en su interior y considera que la gentees atenta y amable, ¿qué tipo de sucesos creéis que se producirán en suvida? Por el contrario, si a un niño de pequeño se le enseñó que la genteno es de fiar y que puede engañarte o dañarte ¿qué tipo de sucesosocurrirán en la suya?Como en el ser humano confluyen infinidad de facetas (paciencia,envidia, rencor, orgullo, desvalorización, etc.) y en el “Plan de Vida” se fijael trabajo con un grupo determinado de ellas, la elección de familia, personasy lugares en donde se va a nacer no ha de ser un proceso casual, debeestar perfectamente establecido, de tal manera que esos valores internospuedan ser representados y sentidos a lo largo de su existencia, y en su caso,mantenidos o transcendidos, haciendo uso de su libre albedrío.Y qué mejor sistema podríamos imaginar para un proceso evolutivoque uno según el cual, cuanto más intensamente nos apeguemos o212