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Una-teoria-sobre-la-vida

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Ángel L. Arroyo Montemayor, María Arroyo Blázquez<strong>la</strong>s características de <strong>la</strong> información que aportan los sentidos, vemos quees una información fraccionada y secuencial, es decir, cada órgano envía<strong>la</strong> información correspondiente a un área concreta y además se va almacenandouna detrás de otra. Y en lo que respecta a <strong>la</strong> cantidad de informaciónque reciben, los sentidos tienen unos umbrales de percepciónque solo les permiten captar un máximo del 5 % del total disponible.Si a eso le añadimos el hecho de que en el proceso de captación siemprecentramos nuestra atención en los aspectos que más nos interesan ocon los que estamos más familiarizados, y debido a que el volumen deinformación es tan elevado, el cerebro tiene que descartar gran parte de<strong>la</strong> misma, quedándose solo con un 0,5 % para su análisis. Por lo tanto,<strong>la</strong> información de <strong>la</strong> que disponemos es en realidad bastante escasa. Unsimple cálculo matemático nos indica que, en el mejor de los casos, elcerebro crea una representación de <strong>la</strong> realidad con el 0,025 % de <strong>la</strong> información,es decir con apenas dos partes de <strong>la</strong>s diez mil disponibles. Conestas cifras no parece que nuestro cerebro en estado de vigilia disponga degran capacidad para crear representaciones fieles del medio que nos rodea.Por otra parte, <strong>la</strong> percepción no ordinaria se lleva a cabo a través decanales poco conocidos pero que nada tienen que ver con los órganos delos sentidos. Recibe <strong>la</strong> información de forma analógica, esto es, como untodo general, sin secuenciaciones y sin pérdida de información, por loque este tipo de percepción parece mucho más eficaz a <strong>la</strong> hora de crearrepresentaciones más adecuadas de <strong>la</strong> realidad circundante.3.2.2.2. La capacidad del cerebro para interpretar esa información<strong>Una</strong> vez que tenemos <strong>la</strong> información disponible, el cerebro ha dedarle un sentido. En este proceso hay que tener en cuenta que:– El sentido que le damos a cada información que nos llegadepende exclusivamente de los aspectos internos de <strong>la</strong> persona,es decir, de <strong>la</strong>s ideas y conceptos (creencias y expectativas) queya tenemos almacenados en nuestra memoria, establecidos deacuerdo con <strong>la</strong> educación recibida, los condicionamientos culturalesy <strong>la</strong>s experiencias vi<strong>vida</strong>s hasta ese momento. <strong>Una</strong> misma170

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