31.07.2015 Views

pandillas Cerbino Ecuador.pdf - Inicio

pandillas Cerbino Ecuador.pdf - Inicio

pandillas Cerbino Ecuador.pdf - Inicio

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La vida para mí... no sé...no tengo nada que decir de la vida (Fernando).La vida para mí no tiene importancia, porque uno no tiene porquién vivir, uno vive solo y uno mismo se preocupa (Juan).Los siguientes relatos evidencian una sensación de vaciamientosi bien se relaciona con la muerte, da cuenta –sobre todo- de lapérdida del sentido de la vida.Sentía un vacío dentro de mí y ...no sabía…no sabía ni donde ir...si en ese rato nos mataban estábamos hecho pedazos. Creíamosque toda nuestra vida era una porquería, que no habíamos hechonada por esta vida (Walter).En este contexto, se hace explícita la afirmación de que en lostiempos que corren: la única certeza es la incertidumbre. "Lo lúdico,el exceso y la inversión social recuerdan la presencia estructuralde la muerte en el hecho cotidiano y son el signo de una ciertasabiduría de los límites –más o menos consciente- que domina eltira y afloja entre el orden y el desorden, la agresión y la desagregación"(Maffesoli 1996, en Serrano 2000, pág. 26).Por esto, en la cotidianidad de hombres y mujeres pandilleros,la violencia se ha transformado en una rutina de aprendizaje:La vida, la rutina, yo veía lo que se peleaban y yo decía deboaprender para defenderme. Lo primero que hacía era acordarme...sabes que una vez me tocó un man de unos dos metros, tucote,que me cogió del cuello… yo dije ya me morí... pero me enseñarona que no me ahueve de nadie, hombre o mujer que se me pareadelante: bien me das o te doy (Alejandra).La muerte violenta es un hecho cotidiano en la actividad pandillera,lo que hace que, además de convivir con ella, se le dé unavaloración significativa. Matar, al igual que afirmar haberlo hecho52 , otorga reconocimiento social al interior del mundo de la pan-52 "No, no le mató, eso sí no vi que le mató"; "...yo saqué el revólver, di un tiro al azary después me dijeron que había muerto un man..."; "le pegué un tiro y me dijeron despuésque estaba muerto”. Para muchos es más importante "decir" que se ha matado, más quehaberlo hecho; "ni siquiera" presenciar la muerte, sino que sea comentada. Es decir, es necesariosostener el discurso con afirmaciones realistas que no siempre terminan con lamuerte como acto real, pues se vuelve a la dimensión imaginaria con la que el discurso dela valentía es una connotación imprescindible de la práctica social.78 Mauro <strong>Cerbino</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!