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PUniversidad<br />
Torcuato Di Te-<br />
ablo Gerchunoff es un economista<br />
e historiador con<br />
quien muchos de sus colegas<br />
podrán coincidir o disentir,<br />
pero que despierta sin excepción<br />
un indiscutible respeto<br />
intelectual. Con 61 años de<br />
edad, hace 26 que se desempeña<br />
como profesor de la<br />
lla (UTDT) en la cátedra de Historia Económica y<br />
también es uno de los principales investigadores de la<br />
Fundación PENT, dedicada a servir de puente entre la<br />
investigación académica y el diseño de políticas públicas<br />
en materia socioeconómica y política. Aunque se<br />
desempeñó dos veces en la función pública (con los<br />
ministros Juan V. Sourrouille y José Luis Machinea)<br />
y no duda en calificar esa actividad como insalubre («si<br />
se la ejerce con honestidad», precisa), repara en que la<br />
experiencia le resultó muy valiosa en términos de<br />
teoría aplicada a la práctica. Quizás una faceta menos<br />
conocida de su personalidad es que su primera carrera<br />
universitaria fue Sociología y que la abandonó muy<br />
joven para dedicarse al periodismo gráfico. Esta actividad<br />
que ejerció durante 10 años en distintas revistas<br />
(entre ellas Leoplan, Adán, Primera Plana, Competencia<br />
y Extra, donde tuvo como compañeros a profesionales<br />
hoy consagrados como Rolando Hanglin y<br />
José Eliaschev), le permitió costearse sus estudios de<br />
Economía en la Universidad de Buenos Aires. Esta<br />
predisposición por la escritura se manifestó posteriormente<br />
en infinidad de papers y en la publicación de<br />
cinco libros, el último de los cuales -»¿Por qué Argentina<br />
no fue Australia?», en colaboración con Pablo<br />
Fajgelbaum- acaba de salir de imprenta. En este<br />
reportaje, el académico -sobrino nieto del escritor<br />
Alberto Gerchunoff (el célebre autor de «Los Gauchos<br />
Judíos»)-, habla con optimismo sobre la oportunidad<br />
histórica que le brinda a la Argentina el actual<br />
contexto económico internacional. Uno de sus conceptos<br />
preferidos es que «el escepticismo es la haraganería<br />
de los intelectuales». No obstante, no deja de<br />
remarcar las asignaturas pendientes que existen para<br />
consolidar el crecimiento interno y mejorar la inclusión<br />
social.<br />
- ¿El mundo está viviendo un nuevo paradigma<br />
económico o un ciclo más extenso en términos de<br />
alto crecimiento, baja inflación, tasas de interés<br />
reducidas y mejores términos de intercambio debido<br />
a la alta demanda de China y los países<br />
asiáticos?<br />
- Como historiador económico me voy a inclinar por<br />
la cautela. Es inherente al capitalismo mundial que<br />
existan ciclos económicos; pero aquí el punto a destacar<br />
es si estamos atravesando una fase cíclica dentro de<br />
un patrón de comportamiento de la economía mundial<br />
algo diferente al que conocimos. Yo creo que,<br />
efectivamente, hay elementos para pensar que algo<br />
distinto está pasando; y que dentro de esos nuevos<br />
elementos la Argentina puede encajar. O<br />
sea, reencontrar ese lugar en el mundo que<br />
perdió en los años ’30 y que de hecho no<br />
encontró más. Todo país productor de<br />
materias primas alimentarias no pudo<br />
menos que sufrir la adversidad en todo<br />
este largo período.<br />
- En este nuevo proceso, ¿cuáles son los<br />
elementos más destacables para la Argentina?<br />
- El primero es que el mundo está creciendo<br />
a tasas razonables. Pero lo novedoso es<br />
dónde están las fuentes de crecimiento. Y,<br />
en este sentido, creo que lo más dinámico<br />
de la economía mundial son los países de<br />
industrialización tardía del Asia-Pacífico,<br />
fundamentalmente China y la India. Entre<br />
otras cosas porque ello significa un<br />
aumento de la demanda de lo que la<br />
Argentina está en condiciones de exportar;<br />
una revalorización del activo principal<br />
del país, que es la tierra, y una mejora<br />
de los términos del intercambio en sus dos<br />
patas: mayores precios para lo que la<br />
Argentina exporta y, por otro lado, menores<br />
precios para lo que necesita importar.<br />
Esto no es un fenómeno fortuito o coyuntural,<br />
que le llueve como maná del cielo a<br />
un gobierno como el de Néstor Kirchner.<br />
Se trata de algo que está ocurriendo desde<br />
principios de los ’90, sobre todo en lo que<br />
se refiere a la caída en los precios de los<br />
bienes de capital.<br />
- ¿Dónde están las oportunidades y<br />
dónde los riesgos en este cuadro?<br />
- Riesgos hay siempre. Pero como la Argentina<br />
vivió durante tanto tiempo una<br />
época tan dura, prefiero rescatar la nueva<br />
realidad. No quisiera llamarla oportunidad,<br />
porque enseguida se plantea si se la<br />
está aprovechando o no. Claramente se<br />
está aprovechando. Lo primero que hay<br />
que decir que el mundo le está mostrando<br />
a la Argentina un rostro más benévolo que<br />
el que le mostró durante décadas, en términos<br />
de valorización de su activo principal.<br />
La Argentina está encontrando como<br />
nunca oportunidades de colocar sus productos<br />
en el mercado mundial a mejores<br />
«Hay una mejora de los términos del<br />
intercambio en sus dos patas: mayores<br />
precios para lo que la Argentina exporta<br />
y menores precios para lo que necesita<br />
importar. Esto no es un fenómeno<br />
fortuito o coyuntural».<br />
abril-mayo de 2006 � 21