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Samsonite en la Argentina, siente ese respaldo<br />
de la compañía al preferirlo. “Además<br />
fueron pacientes con mi curva de<br />
aprendizaje. Hoy recibo mucho apoyo de<br />
su parte y puedo tomar decisiones con<br />
libertad”.<br />
Sparkling es una empresa relativamente<br />
periférica para el grupo internacional Cullingan<br />
que la controla, algo que la beneficia<br />
con un amplio margen de maniobra<br />
para desarrollar el negocio del agua en la<br />
Argentina. Santiago Murtagh (36) comanda<br />
desde el barrio de Palermo la planta<br />
local y dice que los accionistas del<br />
54 � abril-mayo de 2006<br />
Miguel Santos (35)<br />
(Technisys):<br />
“Alguna gente<br />
cree erróneamente<br />
que si uno es joven<br />
y desarrolla un<br />
proyecto innovador<br />
está ofreciendo<br />
algo menos<br />
probado”.<br />
Miguel Santos, 35 años. Licenciado en Ciencias de la Computación de la<br />
Universidad de Buenos Aires (UBA). Realizó varios postgrados en los EE. UU.<br />
Endeavor le entregó, junto a su socio Germán Pugliese, el premio emprendedores<br />
del año 2001. Actualmente es socio de la organización.<br />
Es soltero y planifica casarse con su actual pareja. Juega al tenis y se ufana de hacerlo<br />
con nivel profesional desde hace muchos años. Hacia 1996 tenía 26 años y<br />
trabajaba como becario en el área de Finanzas de IBM de Argentina, empresa que<br />
no se dejó seducir por su software financiero para facilitar operaciones a los clientes.<br />
Finalmente, con un par de amigos apenas tres años mayores que él, Santos puso en<br />
marcha la novedosa idea, que fue la piedra basal de su éxito como entrepreneur y<br />
terminó por demostrar que el banco electrónico es posible. Primero vendió el<br />
software al Deustche Bank en 35.000 pesos y luego se acercaron otras entidades que<br />
colaboraron en el crecimiento del negocio.<br />
Hoy el trío original comparte la propiedad de Technisys, una empresa dedicada a<br />
desarrollar software, para entidades bancarias fundamentalmente, que factura seis<br />
millones de dólares, 70% emanado de sus negocios en Miami y Madrid. También<br />
opera en Costa Rica y El Salvador. Los clientes del sector financiero, donde la firma<br />
ya tiene su espacio ganado, le confían sus sistemas informáticos centrales, los<br />
ligados al negocio principal.<br />
Como CEO de Technisys, Santos conduce un equipo de 120 empleados. Ahora su<br />
meta es facturar 20 millones de dólares en los próximos cuatro años. Santos declara<br />
que sus objetivos personales están totalmente alineados con los de la compañía y<br />
su desafío es hacerla crecer.<br />
Hemisferio Norte conocen diariamente el<br />
nivel de ventas y siguen de cerca el rumbo<br />
de la compañía, cuyos presupuestos cierran<br />
a pedir de boca. “Siempre confían en<br />
mí”, remata con convicción y destaca que<br />
su jefe, un francés de unos 60 años que<br />
monitorea las operaciones globales, llegó<br />
a gerente general a los 33 y entiende de<br />
timoneles jóvenes.<br />
Ante ese hombre maduro y otros tantos<br />
que peinan canas en Culligan, Murtagh<br />
pronosticó en una reunión de trabajo,<br />
celebrada en Paris en abril de 2002, que la<br />
Argentina viviría un fuerte rebote de su<br />
actividad económica. Algo difícil de sospechar<br />
por aquellos días de incertidumbre.<br />
Tras semejante acierto es posible que<br />
sus opiniones sean hoy más atendidas que<br />
las veteranas. “Es cierto que soy una persona<br />
con suerte –reconoce el CEO-, pero<br />
también lo es que la sostengo con optimismo<br />
y ejecutividad”.<br />
Los expertos en crear vínculos entre ejecutivos<br />
y empresas coinciden en que las<br />
búsquedas de CEO generalmente apuntan<br />
a profesionales de 40 a 45 años, porque<br />
suelen contar con una buena dosis de<br />
experiencia de gestión y están probados.<br />
Bomchil agrega que “el profesional joven<br />
es más impulsivo y vehemente por naturaleza<br />
y se transforma en más moderado y<br />
‘sabio‘ con los años. Por esto lo usual es<br />
que el número uno tenga más de 40,<br />
cuando la vida le aportó mayor serenidad<br />
emocional y la experiencia le indicó por<br />
dónde no debe volver a pisar”.<br />
Audacia y sensatez<br />
Si bien es cierto que en las empresas los<br />
preconceptos se imponen casi como una<br />
necesidad al elegir un ejecutivo de tan alto<br />
rango, también lo es que poco tiempo<br />
atrás hubo otro paradigma.<br />
Suárez Battán recuerda que durante la<br />
“burbuja de Internet” se buscaba gente<br />
menor de 30 años porque carecía de historia,<br />
tenía ganas de tomar riesgo, de dedicarse<br />
a full al trabajo y estaba dispuesta a<br />
viajar en cualquier momento. Pero aquella<br />
economía virtual se acabó y ahora<br />
debe crecer el negocio real; se necesitan<br />
sensatez y sentimientos en porciones<br />
equilibradas.<br />
Indudablemente entre 1997 y 2001 el<br />
furor de las dot.com tiñó todo. “Hubo algo<br />
así como una liberación de prejuicios.<br />
Hasta los bancos querían escuchar a los<br />
chicos de la tecnología”, recuerda Miguel<br />
Santos (35), CEO de Technisys, compañía<br />
que supo explotar y permanecer desarrollando<br />
software para entidades financieras.<br />
Todos los ejecutivos consultados para esta<br />
nota reconocieron en la falta de experiencia<br />
su talón de Aquiles. Claro que cada<br />
uno de ellos minimiza, sortea o enfrenta el<br />
hecho a su estilo.<br />
Para Ayerza la interacción con ejecutivos<br />
mayores resulta muy importante, ya que<br />
conocen el mercado, son más reflexivos y<br />
“frenan mis impulsos”. El profesional cree<br />
que la clave del éxito, especialmente en