Talento - Diseño Gráfico Ribeiro

mí sería una victoria importantísima
del Gobierno que la
negociación se corone en el
“modelo Kirchner”, que juega
con riesgo pero aleja el fantasma
de 1975. Es mejor esta
opción a dejar caer el tipo de
cambio nominal a niveles de
2.30 ó 2.40 pesos, lo cual “deja
sin trabajo” a los sindicalistas
en la tarea de mejorar el salario
real. ¿Es creíble que en una
sociedad como la argentina, el
sindicalismo aún debilitado
hubiera tolerado una situación
así? Creo que ésta es una situación
más estable, en la que hay
un lugar para los sindicatos.
Como le dijo (Saúl) Ubaldini
a (Juan) Sourrouille en uno de
sus tantos reclamos salariales
que dieron lugar a 14 huelgas
generales de la CGT en la década
del ’80: “una mejora del
salario nominal es una victoria
para los sindicalistas, mientras
que una mejora del salario real
lo sería para el Gobierno a
expensas del sindicalismo”.
- Muchos economistas vienen pronosticando
desde hace tiempo que el crecimiento
del PBI habrá de desacelerarse
y sin embargo la economía sigue expandiéndose
al 8/9% anual. ¿A qué hay que
atribuir esta discrepancia?
- Quizá la productividad de la inversión
esté creciendo más de lo que nos imaginábamos,
en cuyo caso deberíamos alegrarnos
por esta equivocación. No obstante, el
hecho de crecer al 9% con una inflación de
14% anual, está indicando que estamos
cerca del límite, que no se puede ir más
allá. Tengo la impresión de que no se
puede ir contra las reglas básicas de la
economía: si estamos invirtiendo la mitad
de los chinos, no podemos crecer mucho
tiempo a tasas chinas. Pero otra buena
novedad es que está creciendo persistentemente,
desde 2002, el nivel de ahorro de la
economía.
- En las decisiones de inversión de las
empresas pesa más el alto crecimiento o
la incertidumbre en las reglas de juego
en cuestiones como la política laboral,
energética o de infraestructura?
- Influye todo; no se puede optar por uno
u otro factor. Pero está claro que una
economía que crece fuerte brinda oportunidades.
¿Cuánta inversión más podría-
26 � abril-mayo de 2006
mos tener si se le amplía el horizonte a
quien va a invertir? En realidad el secreto
consiste en ampliar el horizonte; no en
tomar como buena cualquier decisión de
estabilidad institucional. Por ejemplo,
cuando la Argentina devaluó no tenía más
remedio que ir al default. Fue una solución
correcta, aunque lo incorrecto haya
sido aplaudirlo. Esa decisión le devolvió
solvencia a la economía y hoy quienes
invierten parecen haberse olvidado por
completo de que hubo default. Ocurrió
lo inverso de lo que pronosticaban muchos
economistas, en el sentido de que
no iba a haber inversión por años. La
sabiduría consiste en tomar aquellas decisiones
que amplían el horizonte; no
las que pide el empresario porque cree
«Para un hombre de
mi generación, es una
novedad
extraordinaria que los
dólares no sean un
elemento de escasez
que limite el
crecimiento
económico».
que esa es la regla buena.
- ¿Ayudaría que la Argentina
tenga una inserción internacional
más clara en términos
de socios comerciales?
- No estoy muy seguro de eso.
Desde 1990 hasta 2005, las exportaciones
argentinas crecieron
más que entre 1880 y 1914. No
se nota porque el comercio internacional
creció más que entonces.
Pero aún así, a estas tasas
de crecimiento de las exportaciones
queda enterrado el viejo
modelo de “stop and go”. Pese a
los problemas del MERCOSUR
o del ALCA, la Argentina encuentra
clientes en el mundo.
Que en la lista de socios comerciales
aparezca Vietnam, por
ejemplo, es algo que hubiera parecido
impensable hace algunos
años. Quizás la Argentina está
armando su propio modelo de
inserción sin que todavía podamos
percibirlo.
- ¿No cree que en general la
dirigencia argentina le da la
espalda a los recursos naturales como
eje para generar una industria exportadora
basada en esa ventaja?
- Sí, pero mucho menos que en cualquier
momento del pasado. A mí me preocupa
si el Gobierno comprende que el agrarismo
moderno está en el centro del proyecto,
justamente en un mundo que está
revalorizando esa ventaja comparativa.
Kirchner no tuvo más suerte que la que
tuvo Roca. La diferencia es que Roca vio
la autopista que estaba iluminada y todavía
Kirchner no me dijo cuál es la autopista.
El optimismo de la razón indica que es
muy difícil que se frustre esta oportunidad.
Pero para maximizarla hay que transmitir
que se comprende lo que hoy estamos
viviendo en el mundo. Que Kirchner
no vaya a la Sociedad Rural, si no quiere;
pero que vaya a Expochacra o a Feriagro
y le transmita al agro moderno la señal de
que el sector no es objeto exclusivo de
extracción de renta. No estoy en contra de
que hoy haya retenciones. Lo que no me
gustaría es vivir dentro de 10 años en un
país que no haya podido resolver la cuestión
redistributiva y fiscal sin tener retenciones.
Eso es tener visión; comprender la
oportunidad que el mundo nos da.
Néstor O. Scibona