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América Latina y el Caribe y China: hacia una nueva era de cooperación económica

En el presente documento, preparado por la CEPAL en ocasión de la visita a su sede en Santiago de Li Keqiang, Primer Ministro de China (25 de mayo de 2015), se analizan los principales elementos del contexto económico internacional en que se insertan hoy América Latina y el Caribe y China, se examinan los avances y desafíos del proceso de reformas económicas en curso en este país y se presenta un panorama de las relaciones comerciales y de inversión entre la región y China. Las páginas finales ofrecen algunas reflexiones y recomendaciones para elevar la calidad de los vínculos económicos entre ambos actores.

En el presente documento, preparado por la CEPAL en ocasión de la visita a su sede en Santiago de Li Keqiang, Primer Ministro de China (25 de mayo de 2015), se analizan los principales elementos del contexto económico internacional en que se insertan hoy América Latina y el Caribe y China, se examinan los avances y desafíos del proceso de reformas económicas
en curso en este país y se presenta un panorama de las relaciones comerciales y de inversión entre la región y China. Las páginas finales ofrecen algunas reflexiones y recomendaciones para elevar la calidad de los vínculos económicos entre ambos actores.

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<strong>América</strong> <strong>Latina</strong> y <strong>el</strong> <strong>Caribe</strong> y <strong>China</strong>: <strong>hacia</strong> <strong>una</strong> <strong>nueva</strong> <strong>era</strong> <strong>de</strong> coop<strong>era</strong>ción <strong>económica</strong><br />

Por <strong>el</strong> lado <strong>de</strong> la ampliación d<strong>el</strong> stock <strong>de</strong> capital, es evi<strong>de</strong>nte que<br />

tasas <strong>de</strong> inversión <strong>de</strong> 50% d<strong>el</strong> PIB no solo no son sustentables, sino<br />

que se apoyan en distorsiones marcadas en la economía. Entre estas se<br />

cuentan la sobreproducción amparada en subsidios, créditos baratos y<br />

ventajas administrativas; los impactos adversos sobre <strong>el</strong> medio ambiente,<br />

si las inversiones son intensivas en energía (y con mayor razón si ésta se<br />

basa en carbón y la eficiencia energética es baja), y <strong>el</strong> <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> la<br />

distribución d<strong>el</strong> ingreso, al privilegiar la participación d<strong>el</strong> capital en <strong>el</strong><br />

ingreso nacional por sobre la <strong>de</strong> los salarios.<br />

A la luz <strong>de</strong> lo anterior, <strong>el</strong> grueso <strong>de</strong> la responsabilidad sobre <strong>el</strong><br />

crecimiento recae en los avances en productividad. Este es justamente<br />

<strong>el</strong> sentido <strong>de</strong> las reformas <strong>económica</strong>s en curso en <strong>China</strong>. Sin embargo,<br />

no es esp<strong>era</strong>ble que la productividad dé saltos espectaculares en plazos<br />

cortos, ni tampoco que los avances se pueda mantener en <strong>el</strong> tiempo, sin<br />

cambios estructurales <strong>de</strong> fondo que mejoren la capacidad competitiva,<br />

tecnológica y <strong>de</strong> innovación en los nuevos sectores manufactureros y<br />

en los servicios.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, cuando la brecha <strong>de</strong> ingresos per cápita con las<br />

economías industrializadas es importante, es más fácil crecer a tasas<br />

cercanas a los dos dígitos, aprovechando <strong>el</strong> catching-up tecnológico, <strong>el</strong><br />

<strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> obra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> áreas <strong>de</strong> baja productividad<br />

a otras <strong>de</strong> mayor productividad, las ventajas d<strong>el</strong> comercio exterior y la<br />

atracción <strong>de</strong> inversión extranj<strong>era</strong> directa. En <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> <strong>China</strong>, tras haberse<br />

transformado en la mayor economía mundial (medido en paridad <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r adquisitivo) y <strong>el</strong> principal exportador, es evi<strong>de</strong>nte que los nuevos<br />

impulsos d<strong>el</strong> crecimiento <strong>de</strong>berán provenir <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s industriales y<br />

servicios más en línea con la acentuada dinámica d<strong>el</strong> avance tecnológico.<br />

Esta convicción está bastante clara en las directivas <strong>económica</strong>s<br />

que transmiten las actuales autorida<strong>de</strong>s, al proponer un mod<strong>el</strong>o <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollo que genere <strong>una</strong> <strong>nueva</strong> articulación entre industrialización,<br />

informatización, urbanización y mo<strong>de</strong>rnización agrícola.<br />

B. Impacto d<strong>el</strong> crecimiento en <strong>China</strong><br />

sobre la economía mundial<br />

Según estimaciones recientes d<strong>el</strong> Fondo Monetario Internacional, la<br />

economía china ya es la mayor d<strong>el</strong> mundo, medido en paridad <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r adquisitivo. Por sí sola sup<strong>era</strong> a las <strong>de</strong> Alemania, Francia e Italia<br />

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