Excodra XXXVI: La tecnología

lar del hombre tecnológico? Ciertamente. Si Gutenberg y la imprenta
cambiaron la forma de transmisión del conocimiento y abrieron las
puertas a una de las mayores transformaciones de la cultura occidental
–la eclosión renacentista–, esta nueva revolución tecnológica y de la comunicación
anuncia sin duda un nuevo modelo para la vida y la cultura
humana.
¿A qué mundo, a qué forma de vida nos vemos abocados? Quizás algunas
características se anuncian ya en los movimientos del poder económico
y político, en las relaciones sociales, en las formas de entretenimiento
y en la metodología del saber. Avanzamos muy rápido y tenemos
conocimiento de las cosas a la velocidad de la luz, sea lo que sea
que ocurra en cualquier lugar del planeta está instantáneamente en
nuestros móviles o tabletas, en los medios de comunicación. Podemos
igualmente comunicarnos con la misma rapidez, lo que modifica nuestros
comportamientos y la posibilidad de nuestros encuentros y desencuentros.
Y es cierto de que en muchas ocasiones estamos indefensos
ante determinadas actuaciones económicas o políticas, pues, como se
sabe, los mensajes, las redes sociales, los tuit han tenido una incidencia
indiscutible y difícil de contrarrestar en las elecciones de más de un
país, así como en las crisis de cualquier orden. Sí, posiblemente nos sintamos
impotentes ante la incontrolable avalancha de imágenes, mensajes,
informaciones, muchas veces no contrastadas, pues lo que prima es
la inmediatez, no la validez o consistencia de las mismas. Pero también,
gracias a este alud de comunicaciones que vienen de todas las partes
del planeta, distinguimos también aquellas voces que estaban sepultadas
en el silencio. Los seres que antes estaban callados, las voces mudas
ahora se agrupan, se asocian, entran en contacto unas con otras: son
los antiguos grupos marginados que se ocultaban a la luz pública y que
ahora suman miles y millones en todo el mundo. Ahora son una fuerza,
mientras que antes eran una minoría intrascendente y desdeñable.
Así, pues, los pros y los contras se entremezclan en la actuación de
las nuevas tecnologías, en esta nueva revolución, que está dando a luz
a un ser humano en un nuevo paso evolutivo, quizá tan significativo
como el biológico. Pero el hombre, así lo creemos desde los albores de
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