Excodra XXXVI: La tecnología

Las lágrimas del príncipe Rupert
Juan Trigo
Habría que retrotraerse a un albor australopiteco
En el imaginario que Kubrick alfombraría de epítetos
Pues un dedo prensil nos abriría un firmamento de ideas
No nos pongamos estupendos, que todo no es cubicaje
Los cuervos utilizaban herramientas mucho antes
Que el triste homínido deseara lanzar huesos al aire
La enredadera de la bóveda celeste era nuestro azimut
Ingeniaríamos milenios después los astrolabios y el compás
Estábamos demasiado ocupados ayudando a la extinción del mamut
En Göbekli Tepe, en su solaz, sonríe entre anatemas el monolito
Nos arrastra la elocuencia, nos vence el ingenio exquisito
Después de los diluvios y del incidente Younger Dryas
Llegaron las edades metalúrgicas como la marea a las playas
Con ellas llegaron las catapultas y el espejo ustorio a las batallas
Acero de Damasco como remedio contra la insolente disidencia
Desde el primer suspiro, la tecnología se emplea en industria bélica
Pero hace menos de un siglo que Fleming se tropezó con la
[serendipia
Depende de subvenciones la ciencia médica, del magnate y su
[caridad
Posiblemente lámparas de Bagdad iluminaran la temprana botánica
Los principios activos de aquellos ungüentos a día de hoy salvan
[vidas
Y es que la penicilina, aquella trampa divina a la selección natural
Propició posiblemente la exponencial revolución industrial
Mucho antes que Turing dominara bipolaridades
El mecanismo de Anticitera ya calculaba inmensidades en la
[primavera griega
Se resolvía el algoritmo del Minotauro antes que Dijkstra naciera
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