Excodra XXXVI: La tecnología
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tro tiempo. Me refiero a la huella que dichos aspectos de la filosofía de<br />
MerleauPonty han dejado, no siempre de manera consciente, en el arte<br />
y las ciencias contemporáneas. Como es lógico, en las artes performativas<br />
o que se ocupan del cuerpo, pero todavía más (y éste es nuestro<br />
punto) en las creaciones multimedia y tecnológicas de la actualidad.<br />
Asimismo, la reciente recuperación de la teoría de la “tactilidad” merlopontiana<br />
y su conexión con las políticas del cuerpo llevada a cabo por<br />
Judith Butler, 1 así como la renovación de filosofías de corte materialista<br />
–por ejemplo en el Realismo Especulativo al estilo de Graham Harman,<br />
o en el revival del materialismo dialéctico žižekiano–, contribuyen de<br />
una manera u otra a reactivar la obra de este pensador enorme cuyo<br />
materialismo fenomenológico constituye una de las aventuras más apasionantes<br />
del pensamiento moderno, y cuya obra recién hoy empieza a<br />
sortear los fueros de una rigidez académica tradicionalmente afianzada<br />
sobre las dos patas del análisis epistemológico y el kantismo –es decir,<br />
en aquellas escuelas de pensamiento más “antimerlopontianas”.<br />
En nuestro mundo gobernado por la telemática y la virtualidad, por<br />
la política de salón y la digitalización creciente de nuestras vidas, pareciera<br />
que no hay lugar para una vuelta decidida a la materialidad, pero<br />
es precisamente esa disgregación y esa virtualización la que genera<br />
toda una corriente de pensamiento que, si bien no se adscribe al concepto<br />
clásico de “materialismo”, sí pivota en torno a la materialidad en<br />
alguna de sus formas. Esta materialidad ya no es la teoría de las sustancias<br />
ni la teoría de las esencias al estilo metafísico, pero sí nos vuelve a<br />
confrontar, de un modo pertinente y necesario, con los órdenes que<br />
afectan al cuerpo –ya sea éste el cuerpo en su sentido “carnal” o matérico,<br />
o en su sentido posttecnológico y biotecnológico. Aquí es donde<br />
entran en escena las prácticas performativas del siglo XX, y sus sucesores<br />
naturales dentro de las artes y ciencias posmodernas, que como es<br />
sabido vienen aunando sus tentáculos, resultando de todo ello una síntesis<br />
biomaquínica y posthumana que pondría en tela de juicio las apa<br />
1 Judith Butler, “MerleauPonty y el tacto de Malebranche”; publicado en Los sentidos del sujeto<br />
(Herder, Barcelona, 2016).<br />
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