Excodra XXXVI: La tecnología

dar por casa, se merman los ánimos de ambos frentes durante un tiempo,
y finaliza el conflicto un día tal como un día empezó. No hay mucho
más, en ocasiones. Tiempos revueltos entre periodos de calma, la
vida misma. Andrés se fue a Bélgica hace unos seis años, qué loco. Al
menos regresa dos semanas al año para ver a sus críos, que cada vez
son más chavales, y se parecen mucho a él, además. Ahora están en la
fase de darle todo el día a los videojuegos, son muy majos, la verdad.
Bueno, hay que entrar a trabajar, apago el cigarro mientras por la vía
del tren pasa un mercancías a toda velocidad. Hace un ruido del demonio
y eso que en realidad no está tan cerca. Hace temblar la tierra y se
ven pájaros alzando el vuelo. Un avión, al mirar a los pájaros en lo alto,
pinta el cielo con una línea blanca. Son hermosos los aviones, a lo lejos,
reventando el cielo suavemente. He cogido muy pocos aviones en mi
vida pero me encanta la sensación de surcar los cielos. Hay una cierta
belleza, inquietante, en los aviones atravesando las nubes, navegando
por el aire, tan lejanos. Bien, sentado a la mesa y a currar. Hola a todos,
vamos a ello. Pantalla, teclado, teléfono e impresora, mis colegas
inseparables de lunes a sábado. Organizamos envíos, todo telemático,
un coñazo. Teléfono por aquí, e­mail por allá, base de datos por el otro
lado, imprimir etiquetas, albaranes, preparar facturas, reír con los compañeros.
Al menos está bien pagado. No demasiado, pero sí lo suficiente.
Podría ser peor. Sea como sea, unos quince años que llevo aquí. El
tiempo vuela como los aviones, ya lo creo. El tema de conversación en
la comida es la revisión médica de mañana. Nos la hacen una vez al
año. Nos miran el cuerpo entero con mil chismes, los ojos, la garganta,
los oídos, los reflejos de las rodillas, nos auscultan y nos hacen un electro,
nos toman la tensión, soplamos por un tubo conectado a una maquinita,
nos sacan sangre y les orinamos en un bote. Luego lo estudian
y lo analizan todo y nos dan una hoja llena de resultados que apenas si
nos enteramos de nada. Prestamos atención a los asteriscos, cuando
hay alguno, algo hay que mejorar y cuidarse de esto o de esto otro, o
eso nos dicen, que si menos grasa, que si más deporte. Siempre suele
ser lo mismo. Durante este tiempo no ha habido ningún susto con los
compañeros. Vamos por turnos a un centro de salud que está a un par
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