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Abuso_sexual_infantil_digital uruguay

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<strong>Abuso</strong> <strong>sexual</strong> <strong>infantil</strong>. Cuestiones relevantes para su tratamiento en la justicia<br />

respuesta más adecuada una vez que ha hecho una valoración rapidísima<br />

—no consciente ni deliberada— del tipo de peligro al que se enfrenta y de<br />

sus posibilidades.<br />

La regulación de estas respuestas ante el peligro no tiene una configuración<br />

de fábrica. Es producto de un proceso en el que intervienen las figuras<br />

de cuidado desde recién nacidos, e incluso antes, mientras el bebé está en el<br />

útero materno. Las figuras de cuidado o figuras de apego son las encargadas<br />

de regular y modelar todas las respuestas de activación, tanto las que enfrentan<br />

al bebé a la tensión y al peligro como las que lo conectan con la alegría.<br />

Desde el inicio de la vida, todas las situaciones que elevan la tensión de su<br />

organismo —el sueño, el hambre, el dolor— activan circuitos neuronales y<br />

hormonales cuya actividad vuelve a sus niveles basales solo cuando el adulto<br />

que lo cuida, la figura de apego, lo calma. La repetición una y otra vez de<br />

las mismas acciones consolida tales circuitos neuronales. De este modo el<br />

bebé aprende que a la tensión puede seguir la calma. Más adelante podrá<br />

aprender a regular por sí mismo sus propios estados de tensión. Así se van<br />

gestando los mecanismos de afrontamiento a las situaciones estresantes.<br />

Este circuito, engendrado y practicado en la interacción entre un adulto y<br />

un bebé una y otra vez, es lo que se conoce como apego seguro.<br />

El apego seguro no inmuniza al ser humano contra el peligro, pero sí lo<br />

fortalece para hacer frente a las adversidades. No es posible evitar estar en<br />

un accidente de automóvil, pero sí es posible enfrentar mejor las consecuencias<br />

posteriores. El apego seguro nos hace sin lugar a dudas más resilientes.<br />

Ahora bien, ¿qué sucede en las situaciones de as, y en especial en aquellas<br />

que se dan en el contexto de las relaciones intrafamiliares, con un padre o<br />

un padrastro? El circuito predecible de tensión-calma antes descrito se ve<br />

alterado.<br />

La niña es abusada por una figura de apego. La conducta <strong>sexual</strong>, la intrusividad,<br />

posiblemente el dolor, la coerción para mantener el secreto, la<br />

amenaza, funcionan como fuentes elevadoras de la tensión. Se activa la respuesta<br />

de alarma. ¿Quién calma ese estado? Si la niña no puede/debe hablar<br />

porque está conminada a mantener el secreto, la única persona que queda<br />

allí para calmarla es la misma persona que genera la tensión. La primera<br />

paradoja se pone en marcha: quien debe calmar y resguardar del peligro es<br />

quien causa el peligro.<br />

De la misma manera que el apego seguro es la conformación de un circuito<br />

en el que se repite una respuesta parental predecible, en la que el adulto<br />

está allí para validar los estados de tensión y para calmarlos, el abuso

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