Revista Central

EDITORIAL POR INVITADO
Maximiliano Abad / Diputado provincial. Jefe del Bloque Cambiemos en la HCD de la Provincia de Bs As
Certificar la calidad del agua:
una oportunidad para hacer historia
Mar del Plata no solamente es una
ciudad maravillosa porque sus paisajes
están, sin duda, dentro de los
mejores del mundo. O por su oferta
cultural estival, que la pone a la altura
de las grandes capitales; ni tampoco
lo es únicamente porque recibe miles
de turistas cada año. Además de todo
eso, Mar del Plata es maravillosa
porque está llena de oportunidades.
El desafío que tenemos los marplatenses
es descubrirlas y aprovecharlas.
Es muy posible que los lectores de
estas líneas no se hayan enterado de
que el agua de mar de nuestra ciudad
está a niveles de los estándares
internacionales de calidad para su uso
recreativo. En otras palabras, cada
vez que nuestros visitantes, nuestros
amigos o nuestros hijos disfrutan de
bañarse en la costa de Mar del Plata
están seguros de que su salud no
corre ningún riesgo.
Esta realidad tiene fundamento cientí-
co y es perfectamente contrastable.
Los estudios sistemáticos con muestras
tomadas del frente costero
demuestran que nuestro mar es hoy
500 veces más limpio que antes de la
instalación del emisario submarino y
de la Planta Estación Depuradora de
Aguas Residuales. Y esto se debe a
que trabajan en conjunto para la
gestión de materiales sólidos, arenas,
grasas y aceites que son vertidos en
los conductos cloacales. El adecuado
tratamiento del agua produjo el drástico
descenso de los enterococos, que
son bacterias perjudiciales para la
salud, en niveles muy por debajo de
los valores históricos para nuestra
ciudad, y de los estándares internacionales
de salubridad y calidad del agua.
Estos datos no solo deben servir para
sentirnos orgullosos de lo que hemos
logrado. Son una nueva oportunidad
para nuestra ciudad, que puede iniciar
un recorrido virtuoso, una planicación
que reúna en un mismo objetivo
el cuidado de la salud, el cuidado del
acuífero y de las playas, para propiciar
mayor calidad de vida y desarrollo
económico con sustentabilidad
ambiental.
Ese es el camino: denir un programa
de acciones para capitalizar en benecio
de la ciudad el muy buen trabajo
de saneamiento y equilibrio ecológico
con el que hoy contamos, y sumar a
los actores involucrados para avanzar
más aún en la limpieza de playas, lo
que va a resultar en un mejor servicio
al turismo y la diversicación de la
actividad económica.
Por eso es importante certicar
internacionalmente la calidad de
nuestra agua recreativa. Una certicación
no signica la vanidad de obtener
un diploma, es mucho más que eso.
Implica una instancia inicial de
recabar con rigurosidad datos concretos.
En este punto, Mar del Plata ya ha
hecho un avance signicativo, porque
cuenta con resultados de laboratorio,
en el marco del Programa de Manejo
Costero Integrado. Además, se realizaron
diagnósticos ambientales que
denieron, en su momento, las acciones
de saneamiento necesarias para el
mantenimiento de la calidad recreativa
del agua. Pero también es necesario
trazar un objetivo y diseñar políticas
para sostener lo que ya se ha
logrado, y para avanzar en lo que falta.
Esto va a aportar coherencia y previsibilidad,
dos virtudes fundamentales
para cualquier certicación.
Luego de la variable ambiental y de
salubridad pública se suma el
desarrollo económico: una certicación
internacional aporta valor a
nuestra oferta turística, en una industria
en la cual el valor marca la diferencia.
La instalación de Mar del Plata en
el mundo a partir de su calidad
ambiental abre las puertas de un
turismo que busca algo más que la
experiencia tradicional, permite
acceder a otros nichos y le aporta a la
ciudad otras atracciones. Y todo eso,
gestionado estratégicamente, se
traduce en fuentes de trabajo genuino
para los marplatenses.
Hoy Mar del Plata está en condiciones
de hacer historia, porque puede
denir un modelo de crecimiento,
pero sobre la base incuestionable de
la sustentabilidad ambiental, que es el
desafío de todas las grandes ciudades
del mundo. Parte del trabajo está
hecho, ahora debemos, entre todos,
lograr lo que falta. El primer paso es
comenzar el proceso de certicación:
mostrarle al mundo de lo que somos
capaces los marplatenses, que no
tenemos nada que envidiar a nadie.
Ese será el punto de partida: el
comienzo de un camino de crecimiento,
calidad de vida y desarrollo económico
para la ciudad.
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