REVISTA PESCA DICIEMBRE 2018
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes, que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas publicadas. Siendo la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la Revista Pesca pretende contribuir a la generación de mayor conocimiento individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita para quien desee conocer el sector pesquero y mantenerse informado sobre su temática.
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes, que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas publicadas.
Siendo la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la Revista Pesca pretende contribuir a la generación de mayor conocimiento individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita para quien desee conocer el sector pesquero y mantenerse informado sobre su temática.
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A pesar de ello, el registro de pescadores artesanales de<br />
merluza ha seguido aumentando y hoy son 10 000 según<br />
datos del Servicio Nacional de Pesca. Y es que la<br />
pesca es un sector productivo que históricamente ha<br />
recibido a los desempleados de otras industrias. El problema<br />
es que “cuando hablamos de aumento de pescadores,<br />
hablamos de aumento de los que tienen autorizados<br />
recursos, pero también tenemos una cantidad no<br />
determinada de pescadores que no tienen permisos y<br />
que están también trabajando en el mar”, explica Montes.<br />
Además, dicho registro no ha sido revisado ni actualizado<br />
por lo que “existen personas que no están trabajando<br />
en el mar, pero que están inscritas y cobran las compensaciones”,<br />
dice Eduardo Quiroz, secretario de la federación<br />
de pescadores artesanales Nuevo Amanecer,<br />
que reúne a las principales caletas de la región de Valparaíso.<br />
“También existen casos de personas que venden<br />
sus cuotas y que luego siguen pescando sin registrar<br />
los desembarcos”, explica.<br />
Por otro lado, Montes señala que “existe una mala<br />
orientación de los financiamientos” invertidos en proyectos<br />
que no ven la luz y que no contribuyen al desarrollo<br />
del sector artesanal, condenándolo a la dependencia de<br />
los subsidios. “Existen muchos elefantes blancos: proyectos<br />
que se postulan que no tienen un sistema de<br />
acompañamiento, ni de chequeo para comprobar si fueron<br />
exitosos o no. Tenemos una visión centralista de<br />
cómo solucionar los problemas de las pesquerías y no<br />
hay una bajada territorial a las realidades de cada caleta<br />
o región”. Los ejemplos son varios, como un moderno<br />
muelle en Duao que no puede ser utilizado porque fue<br />
construido en un lugar donde la marea baja a tal punto,<br />
que los botes no pueden atracar junto a él. O una caleta<br />
de pescadores que logra, gracias a la consultoría de una<br />
universidad, comercializar sus productos directamente,<br />
prescindiendo de un intermediario, pero que vuelve a su<br />
antigua práctica una vez que la consultoría termina porque<br />
en realidad nunca aprendió el método.<br />
ir a esa persona que no pesque ilegalmente, porque tiene<br />
que poder vivir”, dice. La solución que el dirigente y<br />
el sector artesanal en general demandan, es una redistribución<br />
de las cuotas entre industriales y artesanales<br />
las que actualmente están divididas en 60 % y 40 %<br />
respectivamente.<br />
Lo que piden los artesanales<br />
A Quiroz no le parece justo que 10 000 pescadores artesanales<br />
tengan que repartirse 9810 toneladas en el año<br />
y que 14 760 toneladas se repartan entre cinco barcos<br />
pertenecientes a dos empresas pesqueras: Pacific Blu y<br />
Landes.<br />
La pesca industrial de merluza en Chile se realiza mediante<br />
la técnica de arrastre. El arte de pesca considerado<br />
el más destructivo debido a que sus redes, de gran<br />
tamaño y peso, se arrastran por el fondo del mar para<br />
capturar especies marinas removiendo, aplastando y<br />
destruyendo hábitats que albergan a una gran cantidad<br />
de organismos. Una extensa bibliografía científica da<br />
cuenta de estos impactos, además del hecho que la red<br />
de arrastre captura a una gran diversidad de especies,<br />
que no son el objetivo de la pesca, y que una vez fuera<br />
del agua en su mayoría son descartadas y arrojadas<br />
muertas al mar. De hecho, la Organización de las Naciones<br />
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)<br />
invierte actualmente esfuerzos para implementar tecnologías<br />
que permitan reducir los impactos de la pesca de<br />
arrastre, principalmente en la capturas de descarte.<br />
Las merluzas de mejor calibre, que son capturadas por<br />
la flota industrial, son exportadas a Estados Unidos, Alemania,<br />
Venezuela, Australia, Brasil y España, mientras<br />
que con el resto se procesan productos derivados como<br />
por ejemplo los naguet de merluza.<br />
La pesca que también opera por arrastre es la de crustáceos<br />
y, según los análisis, su captura de descarte alcanza<br />
el 20 % y es justamente de merluza.<br />
Los pescadores artesanales ven así, en esta industria,<br />
una amenaza que se ha visto concretada en episodios<br />
como el denunciado en septiembre del 2014 cuando, en<br />
plena época de veda de la merluza, barcos de arrastre<br />
de crustáceos devolvieron al mar toneladas de estos<br />
Revista Pesca diciembre <strong>2018</strong> 38