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REVISTA PESCA DICIEMBRE 2018

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes, que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas publicadas. Siendo la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la Revista Pesca pretende contribuir a la generación de mayor conocimiento individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita para quien desee conocer el sector pesquero y mantenerse informado sobre su temática.

La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes, que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas publicadas.

Siendo la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la Revista Pesca pretende contribuir a la generación de mayor conocimiento individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita para quien desee conocer el sector pesquero y mantenerse informado sobre su temática.

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LA DECADENTE INDUSTRIA<br />

PESQUERA ARGENTINA<br />

Nos interesa escribir para los muchos argentinos que «viven<br />

de espaldas al mar» y para quienes comienzan a sufrir la enajenación<br />

de nuestros recursos naturales y el encarecimiento de<br />

los servicios públicos. Todos estamos afectados por décadas<br />

de gobiernos, al menos, incapaces. Por ello, trataremos de<br />

explicar sencillamente esta actividad industrial y las razones de<br />

su decadencia.<br />

La industria pesquera no puede escapar a las generales de la<br />

ley en un país con gobiernos sin proyecto nacional marítimo,<br />

pesquero y naval, con un costo interno desmesurado y creciente,<br />

que dificulta la explotación de los recursos del atlántico<br />

sur, dejando fuera de competencia, día a día, a esta actividad<br />

de interés económico, social y estratégico. Nadie puede imaginar<br />

un presente ni un futuro promisorio en ninguna actividad<br />

exportadora, en un país con una inflación altísima, cuando<br />

nuestros principales compradores de los productos pesqueros<br />

en el mundo tienen una inflación anual de 1,96% (España),<br />

1,59% (China), 2,13% (Estados Unidos), 0,47% (Japón),<br />

1,23% (Italia) o 3,46% (Brasil). Hoy, mañana o pasado los<br />

productos dejan de ser competitivos y en forma repetida transitamos<br />

un verdadero cuento de la buena pipa.<br />

La actividad agropecuaria y las capturas en alta mar se subsidian<br />

en la Unión Europea y los países asiáticos, mientras en<br />

nuestro país, los altos costos de la energía, combustibles, impuestos,<br />

la falta de crédito y las altas tasas de interés vigentes<br />

transforman en financieras a las empresas industriales para<br />

obtener las utilidades que sería de esperar fuesen el resultado<br />

de la actividad productiva. No puede esperarse en este escenario,<br />

donde el gerente financiero reemplaza al de producción,<br />

un gran desarrollo empresario. Ya vimos estos procesos con<br />

Martínez de Hoz, Sourrouille, Cavallo y Kicillof, que desalentaron<br />

la centralidad en producir y generar nuevos mercados.<br />

José Hernández, escribía en 1882, en su poco conocida obra<br />

Instrucción del Estanciero «la marcha de las sociedades en la<br />

senda de su progreso ha sido recorrida penosamente de pueblo<br />

cazador a pastor, de pastor a agricultor y de agricultor a<br />

fabril…» y, con las repetidas políticas de Argentina, nuestro<br />

país no alcanza a superar la exportación de commodities y<br />

consolidarse como un país industrial, a pesar de tener todas<br />

las condiciones para hacerlo, salvo (y no es poco) la llamada<br />

dependencia, que no es otra, que las condiciones impuestas<br />

por los países acreedores y los intereses económicos en juego.<br />

La concesión pesquera y la exportación<br />

Esta actividad, es muy compleja. Como pocas. Un mismo empresario<br />

captura el recurso, lo industrializa y lo exporta. Una<br />

cadena integrada, que quienes no la cumplen, tienen muy pocas<br />

probabilidades de manejar su negocio. Un negocio que<br />

Argentina, por ser mayoritariamente exportador (90%) es absolutamente<br />

dependiente del precio internacional y, no tiene<br />

ninguna posibilidad de controlarlo por su baja participación en<br />

el mercado, pese, a tener un amplísimo territorio marítimo y, a<br />

que gran parte de sus competidores como China, Rusia, Japón,<br />

Corea, España, Taiwán, etc. pescan a gran distancia de<br />

sus países de origen, entre ellos, en el Mar Argentino y, en<br />

altamar, sobre especies migratorias y asociadas.<br />

Pero, no podemos dejar de hacer notar que, pese a que los<br />

recursos son propiedad del estado nacional y provincial, no es<br />

el gobierno el que administra el recurso en la ZEE y mucho<br />

menos fuera de ella, ya que ha concesionado la explotación a<br />

los empresarios, sin exigir ni establecer las políticas más básicas<br />

que parcialmente se fijan en el Régimen Federal de Pesca<br />

(Ley 24.922).<br />

Nadie imagina una concesión, donde el concesionario unilateralmente<br />

modifica las cláusulas del contrato. La radicación industrial;<br />

el destino de la pesca objetivo; el tipo de flota pesquera<br />

y su antigüedad; la ocupación de espacios marítimos<br />

estratégicos; la generación del máximo valor agregado; la ocupación<br />

del personal; la sustentabilidad del recurso; la responsabilidad<br />

social y, la IN-transferibilidad de las cuotas, que debiera<br />

ser parte sustancial de la política del Estado.<br />

En este último tema, la ausencia del prefijo «IN» es uno de los<br />

ejes fundamentales de esa impolítica, de la pérdida de capacidad<br />

de administración del Estado y de delegación de funciones;<br />

ya que la ley vigente, permite la transferencia de las cuotas<br />

de captura y consecuente privatización del recurso, dejando<br />

en manos empresarias, la fijación de las políticas. Se agrava<br />

el tema, cuando las principales exportadoras del país son<br />

extranjeras y sus exportaciones se destinan a satisfacer los<br />

requerimientos de sus propios países de origen, entre otros,<br />

los de exportar con bajo valor agregado.<br />

Hasta aquí primó el viejo aforisma de que “el dueño de la pesca<br />

es el dueño del pescado”; aforisma que se aplica popularmente,<br />

olvidando, que el recurso es de propiedad del Estado.<br />

Por otra parte, el gobierno debe asegurarse la mayor distribu-<br />

Revista Pesca diciembre <strong>2018</strong> 62

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