REVISTA PESCA DICIEMBRE 2018
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes, que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas publicadas. Siendo la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la Revista Pesca pretende contribuir a la generación de mayor conocimiento individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita para quien desee conocer el sector pesquero y mantenerse informado sobre su temática.
La revista Pesca es un medio de información alternativo referido a temas del mar y de la pesquería. Proporciona información e ideas obtenidas de diversas fuentes, que exponen la temática de la pesca en el Perú y el mundo, con el objeto de contribuir a la formación de opinión propia en base a la lectura de las notas publicadas.
Siendo la pesca una actividad poco difundida y poco conocida por el ciudadano común, la Revista Pesca pretende contribuir a la generación de mayor conocimiento individual. Se publica en forma mensual, en formato digital y su descarga es gratuita para quien desee conocer el sector pesquero y mantenerse informado sobre su temática.
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ción sustentable del recurso y la máxima explotación sostenible<br />
y, ello no se cumple, cuando 10 empresas -sobre un total<br />
de unas 250- concentran la facturación de exportación con<br />
1.066 millones de dólares (el 53% de un total 1.997 millones<br />
U$S) por la venta en 2017 de 212.789 toneladas, es decir el<br />
48% del total de toneladas exportadas; también, cuando se<br />
afectan buques a la pesca del langostino que se destinaban a<br />
la captura de merluza y otras especies, generando pérdidas de<br />
empleo y, tampoco, cuando se transfieren permisos o cuotas<br />
de captura entre las empresas o entre una provincia a otra,<br />
etc. La pesca no solo es una actividad económica, es una herramienta<br />
de radicación industrial, poblacional, generación de<br />
empleo y ocupación territorial marítima.<br />
La fijación de políticas y la administración del recurso es una<br />
facultad indelegable del Estado y, dentro de este marco, la<br />
empresa concesionaria debe administrar su negocio. Como<br />
todo concesionario podrá plantear al concedente sus ideas<br />
dentro de esta política general; pero, no es de esperar que se<br />
modifiquen unilateralmente los ejes centrales de la política<br />
pesquera, si la hubiese. Observamos que hacia la década del<br />
70, los principales exportadores eran nacionales, mientras que,<br />
en la actualidad, siete de las diez principales empresas exportadoras<br />
son de capital extranjero y, aun, fomentando la inversión<br />
extranjera, la política pesquera debe beneficiar al interés<br />
nacional al que nos hemos referido, ya que la Argentina, tiene<br />
el recurso pesquero, los puertos, la industria y los operarios<br />
calificados y, por lo tanto, debe negociar en mejor forma con<br />
quienes tienen el mercado, ávido de este producto.<br />
Por ejemplo, cuando el ex Secretario de Comercio Moreno estableció<br />
que «quienes importaban debían exportar”<br />
(intercambio compensado) no tuvo en cuenta, que no es<br />
lo mismo importar tecnología que exportar recursos naturales,<br />
porque el recurso es agotable y como bien manifestó el científico<br />
francés Antonie Lavoisier «nada se crea, nada se pierde,<br />
todo se transforma» y, la conclusión, es que donde había varias<br />
empresas nacionales hoy hay una sola extranjera. Nos<br />
venden lo que debíamos fabricar y se llevan lo que debimos<br />
procesar y vender con valor agregado y empleo.<br />
Cuando se eligen los gobiernos, el sector interesado debiera<br />
preocuparse sobre qué políticas va a llevar el administrador<br />
del Estado y no, como ocurrió hasta ahora, donde los sucesivos<br />
subsecretarios de pesca carecen de idoneidad y, los miembros<br />
designados en el Consejo Federal Pesquero (CFP) -<br />
quienes tienen el rol de fijar la política dentro del Régimen<br />
Federal de Pesca- no superan la medianía en la que actúan,<br />
demostrando durante 20 años su incapacidad para representar<br />
al sector del que provienen, en especial -pero no excluyente-<br />
los sureños, donde se desindustrializó, no se ejecutaron políticas<br />
para agregar valor y se profundizó un modelo de concentración<br />
nacido con el régimen legal vigente. Nada más elocuente<br />
que la exportación sin valor agregado y el cierre de<br />
plantas industriales de la Patagonia durante los gobiernos de<br />
los Kirchner de mano de funcionarios originarios del litoral marítimo<br />
patagónico. Una política, a la que le dan continuidad los<br />
actuales agentes carentes de creatividad y cedentes del poder<br />
administrador.<br />
Se ha hablado del supermercado del mundo, pero ello no es<br />
proveer materias primas sino exportar valor agregado y, para<br />
tener certeza de llegar de la industria a la góndola, promover<br />
una acción conjunta de gobierno-empresa, para agregar los<br />
productos terminados en los mercados en las grandes capitales.<br />
Pero no todo es obra de los sucesivos gobiernos nacionales o<br />
provinciales. Aquí aplica el viejo dicho de «a río revuelto ganancia<br />
de pescadores», ya que los empresarios -en generalcomo<br />
veremos, son igualmente responsables de la decadencia<br />
del sector.<br />
Toda la actividad atrás de la explotación del langostino<br />
Pese a las graves dificultades, aun la pesca no ha llegado a<br />
una crisis terminal, porque el langostino una especie considerada<br />
de un año de vida y, cuyo rendimiento máximo sostenible<br />
(MSY) es imposible de establecer con un sólido fundamento<br />
biológico para los científicos, se captura desde el 2013 en cifras<br />
superiores a las cien mil de toneladas, y ha focalizado la<br />
atención -por una cuestión de precio- por sobre las capturas<br />
de las especies que dieron lugar al desarrollo empresario, la<br />
radicación industrial en el litoral marítimo y la generación de<br />
empleo de miles de trabajadores. ¿Qué ocurriría, si un día, por<br />
esa imprevisibilidad que caracteriza a esta especie, su captura<br />
cayera a las 66 toneladas de 1945; a las 275 de 1965; a las<br />
9.835 de 1985 o a las 7.482 toneladas de 2005? Si hipotéticamente,<br />
los desembarcos de langostino cayeran a los niveles de<br />
1978, las exportaciones de 2017 serían de unos 770 millones<br />
de dólares y, con estos números es fácil imaginar lo que ocurriría<br />
con las empresas y sus operarios, que han abandonado<br />
por el «oro rojo» la captura de las especies demersales y pelágicas,<br />
como la merluza, el bonito, etc. o no se han apropiado<br />
de todo el calamar, antes que se hagan de él los buques extranjeros<br />
que, con o sin licencia inglesa operan en el Atlántico<br />
Sur.<br />
La Pesca en altamar y la acuicultura<br />
La Argentina tiene una Z.E.E. de 4.799.000 Km2, en la cual,<br />
unos 450 buques capturan unas 776 mil toneladas/año; ello,<br />
pese a la potencialidad de capturar unos 1,8 millones de toneladas<br />
de peces disponibles en el atlántico sudoccidental. Mientras<br />
ello ocurre, unos 10 mil barcos chinos se dedican a la pesca<br />
en alta mar junto a otros 60 mil buques de unos 24 países,<br />
entre ellos, los de España, Japón, Corea y Taiwán. Ello explica<br />
-junto a la producción de acuicultura- las razones por la que<br />
Argentina es insignificante en el comercio mundial pesquero.<br />
Revista Pesca diciembre <strong>2018</strong> 63