La Sirena Varada: Año III, Número 15
El decimoquinto número de La sirena varada: Revista literaria
El decimoquinto número de La sirena varada: Revista literaria
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Yo no quería, pero ellos me obligaron,<br />
tras siete años de ruidos con sangre<br />
han terminado.<br />
Yo no quería, sólo pedí silencio, si<br />
mis súplicas erraron no lo hizo mi cuchillo,<br />
que en vuestras entrañas templo.<br />
Yo no quería, ellos eran indefensos, sé<br />
que los amabais pero arrancasteis lo que<br />
amaba yo, la paz que nunca tuve dentro.<br />
Yo no quería, pero ellos me obligaron,<br />
tras siete años de ruidos a mis vecinos<br />
he matado.<br />
Calero J.<br />
Ay, vida triste la mía, llega la noche y<br />
entro en mi cama como último refugio<br />
de mi triste existencia, cierro mis ojos y<br />
dejo que la noche me envuelva con su<br />
cálido manto. De repente, me siento paralizado,<br />
mi cuerpo no responde, lucho<br />
desesperado pero la agonía consume<br />
mis fuerzas. Sombras de ultratumba entran<br />
en mi habitación, la guadaña de la<br />
muerte corta el aire y su negro manto se<br />
extiende sobre mi lecho. El gélido aliento<br />
de la parca me susurra al oído palabras<br />
funestas: Regocíjate, hijo mío, pues<br />
aun en tu muerte, tu tristeza continuará.<br />
Albert Blaz<br />
118