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V 35 N 84

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TUZ-PACHECO. M.F. Y TÉLLEZ-BRINDIS, F.A.

sano y con ello surge el ecoturismo, “es un tipo de actividad

turística basado en la naturaleza en el que la motivación

esencial del visitante es observar, aprender, descubrir,

experimentar y apreciar la diversidad biológica y cultural

(…)” (OMT, 2003). Se trata de tomar conciencia no solo para

los prestadores de servicios turísticos, si no, de igual manera,

educar al turista por medio de actividades que no deterioren

al ecosistema y disminuir el impacto negativo. Por lo tanto,

según Vanegas (2006), “para que el ecoturismo contribuya al

desarrollo sostenible de las regiones, y pueda ofrecer

alternativas al sector del turismo debe desarrollarse de

acuerdo a los lineamientos o principios que lo sustentan”. Un

principio fundamental, como menciona Rebollo (2012),

“para que un proyecto ecoturístico funcione de manera

efectiva, es de vital importancia que la comunidad rural local

forme parte en el proyecto desde su fase de planeación, hasta

la fase operativa” (p.20). Por otro lado, Vanegas (2006),

menciona que, “si estas actividades no son planeadas o

gestionadas de acuerdo a las características de los

ecosistemas y la cultura de las regiones visitadas se pueden

causar impactos ambientales negativos que lleguen a destruir

los propios recursos” (p. 1). De aquí la importancia de crear

un Modelo de buenas prácticas ambientales, Camacho y

Rocha (2000), indican que son un “conjunto de pautas y

recomendaciones que contribuyen a una mejor calidad de

vida en el entorno; aplicadas, principalmente, a través de

medidas preventivas que eviten riesgos ambientales” (p.64),

mismas que beneficien y contribuyan a un mejor desarrollo

social, ambiental y económico y que aporten conocimiento

hacia el verdadero significado de esta modalidad de turismo.

Una frase célebre del director de la Comisión Nacional para

el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), el

Dr. José Sarukhán Kermez, fue la siguiente, “enfrentamos,

como sociedad, la necesidad de generar una nueva ética de

relación con el entorno biológico y físico en un planeta al que

nos hemos incorporado apenas ayer”. De aquí, la gran

importancia de tomar conciencia y comenzar a aportar de

manera significativa beneficios para la naturaleza.

Esta fue una de las razones para la creación de este proyecto,

desde luego, evitar seguir dañando el ambiente y buscar

soluciones tanto para el planeta como para el ser humano. En

este sentido, el ecoturismo ha sido una ayuda y un respiro

para la tierra. Por lo cual, Brandon (1996), menciona una de

las ventajas del ecoturismo y es que, “toma en cuenta los

aspectos ecológicos y culturales de las actividades

turísticas”. Con esto queda más clara la idea de la

importancia de esta modalidad para dar cambios positivos al

planeta tierra.

Sin embargo, el éxito de una empresa ecoturística, según el

Centro de Investigaciones y Estudios Turísticos Argentina

(2010), “depende de su eficacia para conciliar la satisfacción

del visitante y la conservación de las áreas visitadas”.

En esta investigación, se busca aportar precisamente, la

información adecuada, para que las empresas de esta índole

sean responsables y apliquen las buenas prácticas, de manera

que puedan ser funcionalmente amigables con el entorno. Por

otro lado, que sea posible que otras organizaciones puedan

tomarlo de ejemplo y con ello contribuir a un mejor

desarrollo para la comunidad, país o región.

De manera más clara y directa, los beneficios para un

organismo ecoturístico según, la Guía de buenas prácticas de

turismo sostenible para comunidades de Latinoamérica, s.f.

Son las siguientes: proteger y mejorar el ambiente, ahorrar en

el consumo de recursos e insumos, establecer buenas

relaciones sociales, ambientales y empresariales dentro de la

comunidad y con otras comunidades, poner en valor y

rescatar los rasgos culturales de una comunidad, lograr que

la empresa sea más competitiva debido a su calidad de

servicio y responsabilidad, mejorar la imagen de la empresa

y obtener reconocimiento público en el mercado local,

nacional e internacional, entre otros.

Por consiguiente, es también la oportunidad acceder a

certificados internacionales como la International

Standarization for Organization (ISO) 14 000 para la gestión

ambiental, la ISO 9 000 para el aseguramiento de calidad. En

el ámbito nacional; la Secretaria del Turismo (SECTUR)

como máximo organismo de esta actividad en el país, otorga

el distintivo Sustentabilidad o “S”, que según la misma

secretaria (2015), “es un reconocimiento a las buenas

prácticas sustentables, en el desarrollo de proyectos turísticos

y el compromiso de las empresas turísticas que operan en

México bajo los criterios globales de sustentabilidad”.

Asimismo, existe la Norma Mexicana de Ecoturismo (2013)

la cual es una norma voluntaria promovida por la Secretaría

de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)

para incentivar la implementación de buenas prácticas

ambientales en empresas de ecoturismo”.

Por otro lado, en los ámbitos sociales y educacionales, se

consideran los siguientes beneficios como, lo menciona la

“Guía de buenas prácticas de turismo sostenible para

comunidades de Latinoamérica”, es: propiciar la toma de

conciencia, mejoran los conocimientos, motivación de

cambio de actitudes, fomentar la participación, entre otros.

MATERIALES Y MÉTODOS

Antes de comenzar con las debidas investigaciones se

seleccionaron los temas relacionados al Modelo de Buenas

Prácticas Ambientales para Empresas Ecoturísticas que

fueron; contaminación, turismo, empresas alternativas,

ecoturismo y buenas prácticas ambientales.

Maranto y González, (2015) dicen, “Las fuentes de

información son un instrumento para el conocimiento, la

búsqueda y el acceso de la información”. En este caso se

utilizaron fuentes indirectas como la secundaria que son,

“contenidos procesados de una fuente primaria y producto

del análisis o interpretación de una fuente de información

primaria” (Maranto y González, 2015); de igual manera, se

46 REVISTA DEL CENTRO DE GRADUADOS E INVESTIGACIÓN. INSTITUTO TECNOLÓGICO MÉRIDA Vol. 35 NÚM. 84

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