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DEL TUMBAO AL TRAPIAO NEGOCIACIONES ...

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2.1. La consolidación del sujeto doméstico<br />

2. LAS MUJERES NEGRAS EN EL SERVICIO DOMÉSTICO<br />

UNA LECTURA BIOPOLÍTICA<br />

La sobreexplotación de estas mujeres encuentra asiento en que,<br />

en la sociedad y para ellas mismas,<br />

lo que hacen no es trabajo, sino algo natural.<br />

Marcela Lagarde<br />

Los cautiverios de las mujeres.<br />

La dimensión socioespacial en este trabajo, no sólo es un soporte conceptual sino que permite<br />

organizar metodológicamente la presentación del fenómeno estudiado; por ello retomamos la teoría<br />

de la producción del espacio de Henri Lefebvre (2000) que propone analizar el espacio con tres componentes<br />

interactuantes pero separados como herramientas de análisis: 1) la representación sobre el espacio:<br />

que está relacionada con las estructuras de poder, ya que es el espacio conceptual definido por<br />

una élite, y está ligado a las relaciones de producción y, especialmente, al orden que ellas imponen; 2)<br />

las prácticas espaciales desde las cuales se produce la materialidad de la espacialidad social, es decir,<br />

la producción y reproducción de “lugares” o “escenarios” característicos de cada sociedad, producidos<br />

lentamente desde estas prácticas, a la vez que apropiados por ellas, con el objetivo implícito de<br />

asegurar la continuidad y la cohesión de dicha sociedad; y, 3) los espacios de representación: producto<br />

de los dos anteriores, los incluye, pero al mismo tiempo resultan distintos ya que están dominados por<br />

la imaginación, la cual intenta cambiarlos y apropiarse de ellos utilizando simbolismos complejos que<br />

pueden ser codificados o no, y, pueden generar contra-espacios de resistencia hacia el poder dominante<br />

desde una perspectiva marginal.<br />

Veamos para este primer capítulo el primero de estos tres componentes o estratos, configurado<br />

por los discursos y prácticas imbricados en la definición de las relaciones de poder que configuran los<br />

espacios, en especial los provenientes desde la institucionalidad vigente. En este estudio, se aplicará<br />

a la comprensión de la definición socio-histórica del espacio del S.D. y los cuerpos que lo habitan, del<br />

sujeto doméstico, es decir, de la trabajadora del servicio doméstico17 .<br />

Los discursos alrededor del espacio del S.D. conjugan y aprovechan a su vez, las representaciones<br />

sociales que instalan la condición de “naturalidad” sobre las diferencias de género, raza y etnia, fundamentalmente.<br />

Veamos detenidamente cada una de estas categorías para, posteriormente, entender los<br />

mecanismos biopolíticos aplicados en cada una.<br />

La categoría de género, desde las teorías feministas y la antropología de la mujer o de género<br />

-desde las ciencias sociales-18 , ha permitido identificar cómo cada sociedad en determinado tiempo y<br />

17 De acuerdo con la Cartilla Laboral 2003, actualizada con la Reforma Laboral Ley 789 de 2002: “Trabajador del servicio doméstico<br />

es aquella persona natural que a cambio de una remuneración presta su servicio personal en forma directa, en un hogar o casa de<br />

familia, de manera habitual, bajo continuada subordinación o dependencia, residiendo o no en el lugar de trabajo, a una o a varias<br />

personas naturales, en la ejecución de tareas de aseo, cocina, lavado, planchado, cuidado de niños y demás tareas propias del hogar.<br />

Las empleadas domésticas pueden desarrollar su actividad como “internas”, es decir, viviendo en el lugar o sitio de trabajo, y por<br />

días, si sólo laboran algunos días de la semana y no residen en el lugar de trabajo”. En: Ministerio de Protección Social República de<br />

Colombia – OIT (s.f.). http://www.minproteccionsocial.gov.co/VBeContent/library/documents/DocNewsNo14954DocumentNo1641.<br />

PDF (Último acceso el 20 de julio de 2009).<br />

18 Para las definiciones de antropología de la mujer y antropología de género, ver Moore (1991).<br />

lugar, clasifica y determina los comportamientos sociales de hombres y mujeres, basados en la interpretación<br />

de las diferencias del sexo biológico. Scott, citada por Motta (1995), plantea este hecho de<br />

la siguiente manera:<br />

El género es la cualidad fundamentalmente social de las distinciones basadas en el sexo<br />

(…). El género representa entonces una relación social, por ello, las concepciones culturales<br />

acerca de lo femenino y lo masculino como categorías complementarias pero mutuamente<br />

excluyentes en su relación, configuran en cada cultura un sistema particular de géneros, un<br />

sistema simbólico o de significados (Lauretis, 1992: 238). Estos sistemas establecen correlaciones<br />

entre el sexo y determinados contenidos culturales, de acuerdo con ciertos valores y<br />

jerarquías sociales (Motta, 1995:39).<br />

Esta categoría no sólo nos sirve para interpretar las creencias, prácticas y representaciones de los<br />

roles distintivos entre hombres y mujeres en cada cultura, sino las relaciones de poder establecidas,<br />

históricamente, entre los géneros en las sociedades patriarcales y que se demuestran en inequidad,<br />

asimetría sometimiento, subordinación o desequilibrio –para el género femenino- en todos los aspectos<br />

macropolíticos de la vida social (económicos, políticos, religiosos, sociales), al igual que en las relaciones<br />

de la vida cotidiana.<br />

En cuanto a la categoría de raza podemos decir que ésta, en las ciencias sociales, comenzando<br />

por Weber, hace clara referencia a un tipo de construcción social que parte de las apariencias externas<br />

físicas de individuos y colectividades para generar desigualdades. Lo racial tiene un soporte social similar,<br />

aunque no igual, a la categoría de género. Son dos categorías que en las diferentes sociedades<br />

tienden a ser naturalizadas, como si correspondiesen a atributos biológicos inmutables, aunque lo<br />

negro o lo femenino no existen en sí mismos, como una sustancia, sino como una cualidad relacional<br />

(Fanon, 1970; Davis, 2004; y Stolcke, 1992, e investigadores locales como Agudelo, 2005; Camacho,<br />

2004; Camacho y Restrepo, 1999; Congolino, 2007; Cunin, 2003; Friedemann, 1984; Meertens, 2003;<br />

Mosquera, Pardo y Hoffman, 2002; Pardo, Hoffman y Mosquera, 2002; Pardo, 1996; Urrea, 2005; Viveros<br />

y Gil, 2004; y Wade, 1987, 1997a, 1997b, 2003).<br />

El término “negro” o “negra” se utiliza como un adjetivo que retoma las calificaciones y clasificaciones<br />

raciales a partir de las cuales se discrimina a las personas. Se entienden estas clasificaciones<br />

como construcciones sociales complejas que comprenden relaciones sociales de dominación, objetivadas<br />

en instituciones y normas, así como esquemas de percepción que operan de manera irreflexiva,<br />

a partir de procesos de naturalización históricamente constituidos. En esa medida, se considera que la<br />

percepción de las variaciones fenotípicas no es un hecho natural sino social, que se levanta sobre una<br />

evidencia pero la dota de otro sentido.<br />

El fenómeno de racialización sería entonces el procedimiento discursivo de definición de un individuo<br />

a partir de su adscripción o asignación a una “raza”, o a un grupo humano fenotípicamente homogéneo<br />

cuyas características comunes, de naturaleza hereditaria, determinarían sus capacidades y<br />

comportamiento. Además, esta adscripción racial suele venir acompañada de juicios negativos de valor,<br />

en función de una jerarquización de tales grupos humanos (Restrepo, 2007).<br />

Ahora bien, desde la academia el concepto de raza ha sido confrontado de muy diversas maneras<br />

con la categoría de etnia, ya que ésta parece separarse del tinte segregante del primero y pretende ampliar<br />

los términos de referencia identitaria de los sujetos. En este sentido, la etnicidad ha sido analizada<br />

en su relación con la raza, y se ha intentado delimitar uno y otro concepto así:<br />

Propone Wade, así mismo, distinguir entre raza y etnicidad como modalidades de categorización<br />

social, pero también ver el racismo como discurso que hace inferiores a los grupos<br />

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