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DEL TUMBAO AL TRAPIAO NEGOCIACIONES ...

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EPÍLOGO.<br />

CORPOTERRITORI<strong>AL</strong>IDAD, APORTES A LA TEORÍA SOCIO-ESPACI<strong>AL</strong><br />

Los estudios sobre el sentido del espacio en las configuraciones sociales, han generado todo un<br />

nuevo panorama de investigación, enriquecido desde la multidisciplinariedad que los ha caracterizado<br />

desde sus inicios. Conscientes de la inesperada veta de posibilidades que se despliegan allí, la incorporación<br />

del cuerpo como pre-texto de la lectura de la espacialidad, hace perentorias las disertaciones<br />

necesarias que lo consolidarían como objeto de estudio socio-espacial.<br />

En nuestro caso, sólo hemos advertido lo que ya otros dan como un hecho innegable: “la pregunta<br />

por el cuerpo no encierra menor misterio ni menor urgencia que la pregunta por el espacio” (Pardo,<br />

1992:16). Se mantiene el reto de tomar el hecho material y, evidentemente espacial del cuerpo para<br />

convertirlo en una unidad de análisis socio-espacial.<br />

Fervientes investigadores en el tema han facilitado trascender el papel secundario del cuerpo y han<br />

permitido entender cómo es que éste se evidencia como un territorio en la medida en que se extiende<br />

como campo de tensiones y relaciones de poder. Esta comprensión facilita la lectura más completa de<br />

cualquier fenómeno socio-cultural a estudiar. Reconsiderando la espacialidad del cuerpo, se pueden<br />

leer las relaciones (en permanente interdicción) del cuerpo como territorio, en relación con otros territorios<br />

y espacialidades.<br />

Una de las teorías más ingeniosas de los estudios socioespaciales, producida por Henri Lefebvre,<br />

la metodología de la tríada espacial, ha sido útil aplicarla al entendimiento del fenómeno de la domesticidad<br />

como espacialidad claramente definible. Esto, en la medida en que la experimentamos en el<br />

terreno de las microespacialidades - cuerpos, ámbito privado de la casa - y no sólo en los niveles globales,<br />

comunitarios o locales. Este método proporciona los elementos necesarios para una exploración<br />

de este tipo.<br />

De otro lado, con la corpoterritorialidad y la corpovisión como categorías de análisis propuestas<br />

aquí y, con apoyo en la lectura sobre el poder de Foucault, se ha podido avanzar en una manera de<br />

relacionar aspectos biopolíticos, anatomopolíticos y geopolíticos en la espacialidad del S.D. y los cuerpos<br />

involucrados en él, sin descuidar las implicancias de sus condiciones étnico-raciales, de clase y<br />

de género.<br />

Las herramientas para hacer una lectura del cuerpo como territorio, están dispuestas en el medio<br />

académico: Orden corporal, micropolítica corporal, capital corporal, tecnologías corporales, estéticas<br />

corporales, pedagogías de la postura o correctivas, corpoterritorialidad, corpovisión. Este estudio las<br />

ha utilizado, aunque, por supuesto no es un trabajo terminado. Al contrario, amerita poner a prueba los<br />

esquemas teóricos y evidenciar sus limitaciones, en otras investigaciones que profundicen o aborden<br />

los cabos sueltos que quedan insinuados. En particular, a partir de este trabajo queremos dejar propuesto<br />

un camino investigativo que ahonde en la relación entre la domesticidad y una geopolítica de<br />

los cuerpos de las mujeres negras.<br />

Resta expandir el interés sobre preguntas concretas que evidencien las prácticas del ejercicio de<br />

poder en la ciudad o en cualquier otra espacialidad, pero en un análisis que no las considere en abstracto<br />

o que se limite a observarlas exclusivamente en el espacio público, sino que se permita ir más<br />

allá, para tratar de localizar las relaciones más sensibles de la vida privada, que pone en interactuación<br />

a los sujetos en su diversidad y sus interrelaciones, sean estas de dominación o de resistencia.<br />

Tenemos ventajas particulares al usar el análisis corpoterritorial para los estudios socioespaciales.<br />

Así lo hemos evidenciado en esta investigación: en primer lugar, nos permite la identificación de los<br />

“saberes-haceres”, que conforman una corporalidad específica en los sujetos, con elementos inscri-<br />

tos en la materialidad del cuerpo o in-corporados y como parte de una corporvisión específica que<br />

les identifica como miembros de una comunidad. Este hecho particular permite ahondar en cómo se<br />

constituye la identidad del sujeto en relación con su grupo y cuáles son los signos de la ordenación y<br />

significación espacial sobre los que se instala. Devenir corporalidad significa hablar de una topografía<br />

de las emociones, sensaciones, imaginarios y prácticas corporales, es decir de la “dimensión somática<br />

de los usos sociales” (Delgado, 2000:1).<br />

En segundo lugar, permite avanzar en la descripción y análisis del encuentro intercultural, independientemente<br />

de las circunstancias que lo circunscriban; y sirve para identificar, a una escala de detalle<br />

muy preciso, las relaciones de poder generadas allí; los procedimientos precisos de corrección, las<br />

técnicas corporales generadas para tal fin, las discursividades que las soportan. Es decir, puede hacerse<br />

una geografía situacional donde cuerpos-espacios involucrados, evidencian prácticas de poder<br />

concretas.<br />

En tercer lugar, permite descubrir el-los cuerpos como espacio-s para la resistencia y la negociación<br />

de los poderes y ver cómo se generan capacidades individuales y colectivas, estético-políticas,<br />

enraizadas en una corporalidad mutante que se ajusta, se modifica, pero también se propone a sí misma<br />

como alternativa. Este punto es sensible y merece el desarrollo de estudios con mayor profundidad<br />

y perspicacia intuitiva, para desmenuzar muy bien los hilos del encuentro intercultural.<br />

Por último, la lectura del cuerpo como territorio no sólo hace aportes para alimentar los estudios<br />

socio-espaciales, sino que espera, ansiosa retroalimentaciones desde ellos mismos, con miras a aprovechar<br />

las aristas de su interpretación, tanto para la academia como para la movilización social.<br />

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