03.07.2022 Views

EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 76 JUNIO 2022

Antología de cuentos de autores de habla hispana

Antología de cuentos de autores de habla hispana

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Bonito grupo intelectual formábamos.

Así que entre brindis y brindis, todos nos pusimos alrededor de

Carolina quien nos contaba sus derroteros como dictaminadora para el Fondo

Editorial Tie…: He rechazado a un chingo de huevones y huevonas que creen

que escribir prosa es hacer cuento. ¡Cuánto pendejo manda trabajos a la

editorial! Yo solo me río, gano el dinero que me pagan por la chamba, y me

pongo hasta la madre, como debe de ser. ¡Salud! decíamos a coro.

Cansado de todas las historias que se contaban sobre el monstruo

irreal de la narrativa yucateca que era Carolina, decidí no dejar de preguntar

por las leyendas que se contaban de ella. Mario González, cuando fue mi tutor

suplente de novela, en el Fonca, porque Rafael se había puesto muy mal del

cáncer y no acudió a la última reunión que tuvimos en Veracruz, nos contó, a

Luis Valdez y a mí, que Carolina todas las mañanas tomaba el desayuno en el

Fondo de Cultura… con Alí Ch....

“Es la niña consentida de Alí”, contaba el bocón de Mario, y añadió:

“Pero esta pinche vieja está bien loca. Un día llegó para exigirle plata al viejo.

El viejo se negó frente a mí. 'Ya te dí', le decía, pero la Carolina se puso fúrica;

le tiró la cerveza encima al pobre viejo. Lo hubieran visto. El gran maestro de

poesía bañado en cerveza por la loca yucateca. Alí solo se sonreía divertido.

'Así es ella, la conozco hace tanto. Ya vendrá a disculparse. Pero no puedo

darle dinero ahorita; así como anda sería mejor ponerle una pistola en la

cabeza y dispararle. Solo quiere conseguir más'. Y el viejo se limpió el saco y la

camisa.

Carolina volvió del baño y pidió otra cerveza. Cogió la mano derecha

de Alí, y así, tomados de la mano, comieron juntos el desayuno. Yo no decía

nada. Solo me la pasaba viéndolos. Ya tuve yo mi propio momento para ver

una de las escenas de Carolina, la gran narradora. No se qué broncas tenía con

su tipo, el caso es que me habló temprano. Cuando llegué a verla, estaban los

dos bañados en sangre. El pendejo tenía un corte en la nuca y Carolina

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!