solas en un parque infantil abandonado y que no tuvieron miedo de ese serhorripilante que unos minutos antes las miró aturdido a corta distancia, y queal final las atacó de forma vertiginosa.Cuando las fuerzas del orden lo capturaron a las horas, un tantoalejado del escenario de los crímenes, él gritaba a voz en cuello: «Ya viene, yallega, el Anticristo nos revolcará a todos». «Calla, loco de mierda», leincrepaban sus captores. Le dieron una paliza fenomenal. Pese a que su locuraestaba comprobada, lo encarcelaron de modo preliminar por nueve mesesmientras duraban las investigaciones, y fue así como no soportándolo se matócon sus propias manos. Así era el Loco Matusalén, un orate callejero y temidoque terminó convirtiéndose en homicida.Lo cierto es que varios vecinos contaron, a un par de años de aqueltrágico incidente, que el espectro lívido y tétrico del Loco Matusalén aparecía yasustaba a los niños que se quedaban jugando hasta tarde en ese parqueinfantil abandonado, y lo hacía agitando los columpios, o el subibaja, sin quecorra el viento o que alguien estuviese cerca, o también cantando canciones decuna de modo grotesco y murmurador, como si imitara aquellas vocesdemoníacas que lo acosaron en vida.Hasta que un día, cuando jugaba solitario en el pasamanos, unpequeñín logró verlo: un espectro con harapos en el cuerpo, unas pelambresen los cabellos y la barba, los ojos infernales y la boca sin dientes, como la vezque cometió aquel doble homicidio. Ese ser espeluznante parecía morder algo,como si chirriara los dientes y susurrara blasfemias, como dice en la Biblia quelo hacen los infelices o los condenados. Por ello, él era un terror de pies acabeza.Aquel niñito, al ver que ese fantasma levantaba las manos en forma deataque, logró huir a gran velocidad como alma que lleva el diablo y, al llegarsudoroso y pálido a casa, le contó lo sucedido a su padre, quien reconoció alLoco Matusalén y, tomando cartas sobre el asunto, a los días hizo bendecir62
aquel centro de diversión en ceremonia pública. El cura, al final de aquel acto,clavó una cruz y bendijo un par de capillitas en memoria de las difuntas.Solo desde ya el alma del Loco Matusalén descansó en paz y no sevolvió a sufrir avistamientos de su espectro dañado. Así es como pocos sabenahora del que en vida fuera el Loco Matusalén, y entre aquellos me encuentroyo, un narrador de cuentos dispuesto a perpetuar esta triste historia.FRANCOIS VILLANUEVA PARAVICINOPerúFacebook: https://www.facebook.com/123FrancoisVillanueva12363
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