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EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 76 JUNIO 2022

Antología de cuentos de autores de habla hispana

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vecinos fumadores, los tres, en apenas una semana. Coincidieron todos los

factores que tenía que coincidir para que lo averiguase, pero, sobre todo, que

aquella semana salió de su cueva cuatro veces más de lo habitual.

***

El primer fumador resultó ser Iván, vecino del bajo. Era un tipo de

unos 40, con una barba larga. Si le hubiesen puesto un turbante, pasaría por un

talibán (le venía, además, con el nombre: un tal-iván), casado con Isabel, una

mujer recelosa de todo, hasta de sí misma, con ojos de comadreja. Iván era un

tipo flaco, con mirada de hiena y naturaleza violenta. El matrimonio tenía una

hija de unos ocho años que no parecía compartir la genética ni del padre ni de

la madre.

Aquel día, Iñaki esperaba a su esposa dentro del portal para abrirle la

puerta, cuando salió Iván. Salió fumando, en dirección a las escaleras que

conducían al garaje, con su hija al lado.

Iñaki le dijo de buenas maneras:

—Oye, perdona, pero está prohibido fumar en los espacios comunes.

Ahí Iván se volvió, se encaró a Iñaki y le dijo escupiendo palabras:

—¡Métete en tus asuntos! ¿A ti qué te importa? ¡Vete a la mierda!

—Perdona, pero te lo he dicho de buenas maneras.

—Haré lo que me salga de los cojones —continuó Iván.

La niña terció:

—Papá, ¿por qué hablas así?

Iván se detuvo un instante, pero enseguida reaccionó. Él era el

micromacho alfa de la tribu del Bajo F, un animal de peleas —de hecho tenía

cicatrices por el cuerpo—, envidioso de sus vecinos que tenían mejores coches

que él, pues el suyo tenía unos veinticinco años y no iba a dejar de actuar

como sabía, así que siguió su camino lanzando insultos a Iñaki, mientras su

hija le recriminaba aquella actitud, pero quién sabe si él la oía.

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