EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 76 JUNIO 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
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L
a noche emergía fría y húmeda. Carla observaba en silencio a
través del cristal de la ventana la hermosa luna en cabestrillo.
El silencio parecía haberse suspendido en el tiempo, igual que
la oscuridad nocturna que irradiaba una extraña bruma que
envolvía parcialmente el cielo. Desvió la mirada y durante unos segundos
quedó absorta en sus pensamientos. Sintió un escalofrío; suspiró y, [...] a
continuación se recostó sobre la almohada. En los últimos días, la soledad y el
gélido silencio, estaban siendo insoportables para Carla. Tiempo atrás ni
siquiera hubiera sido capaz de pensar en ello, sin embargo, su alma se había
resquebrajado; su corazón roto y ahora, más que nunca, estaba convencida de
que su momento había llegado. Sus pensamientos la atormentaban de tal
forma que era como si una daga rasgase su alma dañada. Perdida entre la
madeja de voces que asaltaban su mente, sin darse cuenta mientras meditaba
sus argumentos, se quedó dormida.
Al amanecer despertó cansada, como si un tranvía la hubiese
atropellado, pero con una extraña y diáfana alegría que no había tenido en los
últimos meses. Durante toda la noche había estado lloviendo y el día había
amanecido gris y húmedo, sin embargo, a Carla no le importó. Como cada
mañana durante el último año, se dispuso a dar su paseo matinal. Desde que su
esposo había fallecido, solo hallaba consuelo en aquellos paseos y el pequeño
descanso junto a su viejo amigo el roble, pues era lo único que le reconfortaba.
Cogió su mochila y metió en su interior un pequeño frasco, un
cuaderno, la pluma que le había regalado Javier años atrás, su chubasquero y su
libro “Mujercitas”. A continuación, tras ponerse las botas de agua, salió a
caminar.
Andaba despacio, elevando el rostro, para que la humedad del aire
acariciase sus mejillas. ¡Añoraba tanto a su amado esposo!
Al llegar a la plaza del pueblo, saludó a un par de vecinos que habían
madrugado para comprar su hogaza de pan y que, al igual que ella, se habían
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