EL NARRATORIO ANTOLOGIA LITERARIA DIGITAL NRO 76 JUNIO 2022
Antología de cuentos de autores de habla hispana
Antología de cuentos de autores de habla hispana
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solas en un parque infantil abandonado y que no tuvieron miedo de ese ser
horripilante que unos minutos antes las miró aturdido a corta distancia, y que
al final las atacó de forma vertiginosa.
Cuando las fuerzas del orden lo capturaron a las horas, un tanto
alejado del escenario de los crímenes, él gritaba a voz en cuello: «Ya viene, ya
llega, el Anticristo nos revolcará a todos». «Calla, loco de mierda», le
increpaban sus captores. Le dieron una paliza fenomenal. Pese a que su locura
estaba comprobada, lo encarcelaron de modo preliminar por nueve meses
mientras duraban las investigaciones, y fue así como no soportándolo se mató
con sus propias manos. Así era el Loco Matusalén, un orate callejero y temido
que terminó convirtiéndose en homicida.
Lo cierto es que varios vecinos contaron, a un par de años de aquel
trágico incidente, que el espectro lívido y tétrico del Loco Matusalén aparecía y
asustaba a los niños que se quedaban jugando hasta tarde en ese parque
infantil abandonado, y lo hacía agitando los columpios, o el subibaja, sin que
corra el viento o que alguien estuviese cerca, o también cantando canciones de
cuna de modo grotesco y murmurador, como si imitara aquellas voces
demoníacas que lo acosaron en vida.
Hasta que un día, cuando jugaba solitario en el pasamanos, un
pequeñín logró verlo: un espectro con harapos en el cuerpo, unas pelambres
en los cabellos y la barba, los ojos infernales y la boca sin dientes, como la vez
que cometió aquel doble homicidio. Ese ser espeluznante parecía morder algo,
como si chirriara los dientes y susurrara blasfemias, como dice en la Biblia que
lo hacen los infelices o los condenados. Por ello, él era un terror de pies a
cabeza.
Aquel niñito, al ver que ese fantasma levantaba las manos en forma de
ataque, logró huir a gran velocidad como alma que lleva el diablo y, al llegar
sudoroso y pálido a casa, le contó lo sucedido a su padre, quien reconoció al
Loco Matusalén y, tomando cartas sobre el asunto, a los días hizo bendecir
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