INDUSTRIALES_ABRIL 2024

POR JOSÉ J. VILLAMIL / Especial para INDUSTRIALES*
DEMOGRAFÍA / SOCIOECONOMÍA
capacidad en el sector de tecnología.
No obstante, por supuesto, la manufactura es el ancla de la economía,
desde la cual se viabilizan otros sectores de servicio. Y más
claro aún es que el futuro de nuestra economía dependerá, primero,
de contar con la capacidad y un marco institucional que apoye el
desarrollo de la producción endógena, particularmente en manufactura
y servicios avanzados; y, en segundo término, la capacidad de
insertarnos exitosamente en la economía global, no solo a través de
exportaciones sino también con una política clara de incorporarnos
a las cadenas de abasto de empresas multinacionales -en y fuera de
Puerto Rico- generando en muchas lo que se ha llamado “exportaciones
sin cruzar fronteras”.
Lo anterior parecería obvio, pero la realidad es que no hemos
contado con lo primero ni con lo segundo. Lo primero implica
que el estímulo al desarrollo de esa economía endógena reciba
la misma atención dada a la Economía de Plataforma de Exportación
(atracción de inversiones para fines exportadores).
Lo segundo requiere crear una infraestructura de apoyo a las
exportaciones que reconozca los cambios hacia la importancia
del comercio de intangibles y, también, la manera en que se ha
reorganizado el comercio internacional.
En efecto, lo que se sugiere es una estrategia de desarrollo de
dos vías: una que ha recibido el énfasis por décadas (atraer la
inversión del exterior); y la otra, que debería recibir la misma
prioridad, la economía endógena. Hay diferencias importantes
que surgen de esta estrategia de dos vías. Una es que las empresas
del exterior que establecen operaciones en Puerto Rico
traen consigo sus mercados, su tecnología y hasta su personal,
de modo que en muchos casos y no necesitan apoyo para ser
exportadoras exitosas. Las locales, sin embargo, requieren una
infraestructura de apoyo muy compleja que permita a empresas
nativas penetrar mercados del exterior y formar parte de redes
colaborativas con otras economías, no solo para la producción
material, sino para la producción de conocimientos. Esa capacidad
de formar parte de redes colaborativas es esencial para
economías pequeñas.
Los países con poblaciones muy pequeñas, en fin, pueden no
solo sobrevivir sino ser sumamente exitosos de tomarse múltiples
medidas adecuadas, como frutos de esfuerzos concertados entre
gobierno, empresa y academia para identificarlas y adoptarlas.
Sobre esta base no solo sobreviviremos, sino que cimentaremos
el éxito socioeconómico en un entorno cada vez más complejo
y volátil, versus una economía que usualmente subsiste por el
caudal de fondos federales que nos llegan. i
* El autor es presidente de la Junta de Directores de Estudios Técnicos,
Inc.
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