INDUSTRIALES_ABRIL 2024

POR JOSÉ JULIO BALMACEDA / INDUSTRIALES*
SOCIOECONOMÍA / URBANISMO
¿Urbanismo inteligente en Puerto Rico?
La gran deuda ciudadana
Sostenibilidad social en tela de juicio. "La ciudad inteligente iba a ser la ciudad innovadora que recurría a información, a
tecnologías de comunicación y a otros medios tecnológicos para mejorar la calidad de vida, la eficiencia de servicios y la
competitividad de las sociedades. Pero resulta que generalmente vivimos en ciudades invivibles, dominadas por atascos;
ciudades gentrificadas, ciudades que expulsan y carecen de espacios accesibles". (Irene Lebrusán).
Mientras el capítulo de ciudades inteligentes en Puerto Rico
sigue esperando turno en la extensa lista de "temas futuros
anclados en el pasado" (INDUSTRIALES abordó en ediciones
previas algunos intentos natimuertos al respecto), y dado el manifiesto
envejecimiento de nuestra población en ciudades con
cuestionable calidad de vida, cabe divulgar los argumentos de
Irene Lebrusán Murillo, profesora de la Universidad Autónoma
de Madrid, en relación con agravados problemas de hábitats,
cuidado (y abandonos) que sufren -sobre todo- miles de adultos
mayores. El enfoque guarda estrecha tangencia con parte de las
situaciones que enfrenta este segmento poblacional en la Isla,
según se expusiera en un reciente Foro de Salud organizado por
la Asociación de Industriales de Puerto rico (AIPR).
Lebrusán, también autora del libro "La vivienda en la vejez:
problemas y estrategias para envejecer en sociedad", alude específicamente
a emprendimientos conocidos como "smart cities,
conceptos un tanto incompletos, casi sin sabor, como una especie
de oración a medias a la que le falta un predicado". El texto
puntualiza que "cuando los conceptos se repiten muchas veces,
pierden su sentido, erosionando de algún modo el estrecho
vínculo entre significante y significado. Cuando los conceptos
se plantean como la respuesta mágica a un problema, despiertan
desconfianza. Cuando sin entender el problema aportamos soluciones,
es bastante probable que nos equivoquemos".
"En un momento en el que todo ha pasado a ser ‘inteligente’
-los hogares, los coches, los teléfonos- 'hasta las personas', como
dijo con sorna un catedrático-, lo de que las ciudades sean
inteligentes suena más bien a bomba de humo que amenaza
con difuminar los verdaderos problemas urbanos", expone esta
autora.
Según la profesora de referencia, "el análisis de las ciudades
es complejo. Muy complejo, de hecho. Las ciudades son una
aglomeración de personas, de ideas, de interacciones sociales,
de empresas, de economía, de coches, de humo, de ruido, de
vidas. Los procesos urbanos son difíciles de entender y siempre,
siempre, nos quedan cuestiones y matices por explicar, por comprender,
de modo que tenemos muchas preguntas sin respuesta
(aunque también tengamos algunas certezas)".
Además -destaca Lebrusán- "las ciudades tienen esa gran virtud
de concentrar problemas, así que no es raro que proliferen
las soluciones cuasi-mágicas, o las respuestas a preguntas que,
en realidad, ni siquiera hemos llegado a formular o a plantear
adecuadamente. En parte por eso, la ciudad inteligente ha acabado
siendo uno de esos conceptos un tanto vacíos, tautológicos
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