IV - CCA Monatsblatt

Casi a un año de la implementación de la materia, creo que es necesario hacer
una evaluación de la materia. En primer lugar, debemos destacar, a principio de
gestión, la actitud de aceptación de los estudiantes de una lengua ajena de la que
no tenían ningún o muy poco conocimiento y experiencia, aunque esta actitud
positiva fue disminuyendo a medida que iba pasando el tiempo; esto debido a
que ellos, principalmente, no ven, por ningún lado, la utilidad de la materia. Otra
de las razones, es la situación política que vive el país, la cual genera, en la
población citadina, un rechazo a las medidas del gobierno de turno, y por ende, a
la implementación de la nueva ley educativa. Otra de las razones, es el tiempo
de clase, insuficiente para la enseñanza y práctica de una lengua, como el
aimara, con estructuras sintácticas y sistema fonético, totalmente diferentes al
español.
Sin embargo, como ya se mencionó, líneas arriba, el mayor problema para la
enseñanza del aimara es la falta de material didáctico, especialmente en el nivel
léxico, el cual no se ha revitalizado, suficientemente, para satisfacer diversas
situaciones contextuales. Creemos que la lengua aimara debe ser robustecida en
aquellas áreas de significado, que debido a diversas causas, han quedado fuera
de sus posibilidades expresivas. La necesidad de comunicación sobre lo nuevo y
lo diferente no pueden seguir siendo postergados por más tiempo, pues lo
contrario significará la consolidación del “aimarañol”.
Para terminar, considero que la enseñanza del aimara dentro del programa
escolar del colegio alemán puede ser de mucha utilidad para sus estudiantes,
tanto en lo cultural como en el lingüístico. En lo cultural, el aprendizaje del
aimara permitirá a los estudiantes ver la realidad boliviana de manera directa y
comprender las tradiciones y manifestaciones aimaras y, en lo lingüístico, les
permitirá ampliar y comprender mejor las estructuras gramaticales de otras
lenguas.
Gregorio Callisaya
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