Descárgala - Consejo Dominicano del Café
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HISTORIA Y HUMOR<br />
HISTORIA Y HUMOR<br />
Caficultura y frontera<br />
domínico-haitiana<br />
Un caso documentado por Azlor, gobernador de<br />
la colonia Española de la isla de Santo Domingo,<br />
mediante carta a la corona española <strong>del</strong> 11 de julio<br />
de 1761, relativo a unos cafetales fomentados<br />
por colonos franceses en la parte española de la<br />
isla, dio lugar a unas instrucciones <strong>del</strong> Rey sobre la<br />
necesidad de establecer los límites fronterizos entre<br />
las dos naciones, cosa que es importante destacar<br />
pues se refiere a un hecho que ha gravitado decisivamente<br />
en la misma esencia <strong>del</strong> devenir histórico<br />
de la República Dominicana.<br />
Como se sabe, en 1697, a raíz de la finalización<br />
de la guerra en Europa, mediante el tratado de<br />
Ryswick, España aceptó la presencia de la colonia<br />
francesa en la parte occidental de la isla de Santo<br />
Domingo; sin embargo, no fue sino hasta 1777,<br />
Un burro llamado<br />
“El Economista”<br />
Edición Especial<br />
72 • FORO CAFETERO<br />
unos 80 años después, cuando se pudo culminar<br />
la determinación limítrofe entre ambas naciones,<br />
mediante el Tratado de Aranjuez firmado por España<br />
y Francia en dicho año. En otras palabras, un<br />
problema territorial originado por unos cafetales<br />
fomentados en la zona fronteriza por un colono<br />
francés, fue uno de los hechos que hizo a la corona<br />
española tomar conciencia de la necesidad<br />
de firmar un tratado fronterizo, lo cual finalmente<br />
ocurriría en la década siguiente. Los límites territoriales<br />
establecidos entonces sirvieron de base al<br />
posterior establecimiento de la frontera domínicohaitiana<br />
mediante el tratado fronterizo de 1929 y<br />
su protocolo de revisión de 1936.<br />
Fuente: Pasado, Presente y Futuro de la Caficultura<br />
Dominicana.<br />
Durante el gobierno <strong>del</strong> Dr. Salvador Jorge Blanco, en adición<br />
a los impuestos ya existentes sobre la exportación de<br />
café, establecidos mediante la tristemente célebre Ley No.<br />
199 y la famosa “contribución voluntaria”, se crearon nuevos<br />
tributos que pasaron a gravitar de forma negativa sobre<br />
nuestra caficultura, tales como el “recargo cambiario” y la<br />
llamada “contribución adicional”. Estos nuevos tributos llevaron<br />
a los caficultores dominicanos al extremo inicuo y francamente provocador de expoliarles 46<br />
centavos de cada dólar exportado, lo que representó, en tan sólo año y medio, la astronómica<br />
suma de 43 millones de dólares.<br />
Las protestas contra esta arbitraria situación no se hicieron esperar. Contra el famoso recargo<br />
cambiario y la Ley No. 199, productores de cultivos tradicionales, agrupados en la<br />
Asociación de Cosecheros de Productos Tradicionales de Exportación (APROTEX), entre ellos<br />
de café y cacao, efectuaron una marcha condenatoria en coches, caballos y burros el 19 de<br />
julio de 1985.<br />
La nota jocosa de esta situación tan seria y grave la vino a dar un burro que encabezaba la<br />
marcha de protesta. Ataviado con un gran letrero en el cual se podía leer la palabra “Economista”.<br />
El flamante borrico representaba de forma satírica a los “brillantes” economistas<br />
responsables de formular las políticas económicas <strong>del</strong> gobierno.<br />
Fuente: Pasado, Presente y Futuro de la Caficultura Dominicana.