08.05.2013 Views

Texto Completo Libro - Dialnet

Texto Completo Libro - Dialnet

Texto Completo Libro - Dialnet

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Murcia, Francisco Salzillo y la Cofradía de Jesús E. Gómez Piñol<br />

Los promotores del encargo, como consta documentalmente<br />

en tantas ocasiones, pretendían imitar un modelo concreto –el<br />

de la Dolorosa de Jesús–, pero solicitan algunas variantes que,<br />

según les advierte el maestro, modificarían la iconografía del<br />

modelo. Por ello, Salzillo les describe la Dolorosa murciana<br />

aludiendo a sus “manos en admiración”, admiración” así como al conocido<br />

color de sus vestidos. Los cofrades pretendían inicialmente<br />

una Virgen con un corazón en las manos, en cuyo caso, apostilla<br />

el escultor, sería una Soledad e iría vestida de negro. Es<br />

evidente la tradicional fijeza de las advocaciones y su iconografía,<br />

pero Salzillo, flexible y práctico en el trato –ninguna<br />

diferencia se discute sobre aspectos técnicos o estilísticos–,<br />

ofrece soluciones y para ello apunta que si se pretende repetir<br />

el vestuario de la Dolorosa murciana bastaría con poner una<br />

espada al pecho de la imagen, pues de esta variante “se han<br />

hecho muchas, que las del corazón en la mano ya no se<br />

hacen” 5 hacen” 5 hacen” . Los escuetos párrafos confirman una nota esencial<br />

de la ingente producción del maestro: la constante solicitud<br />

de repetir los tipos de mayor predicamento popular; de gran<br />

interés es la alusión a cambios en la expresión del sentimiento<br />

religioso: ya no se hacían las Vírgenes con un corazón en las<br />

manos. Por último, las cuidadosas previsiones expuestas por<br />

el artista –con más de medio siglo de experiencia profesional<br />

a sus espaldas cuando redactó esta carta– culminan con una<br />

frase esencial. Ha procurado acercar posturas para alcanzar<br />

un razonado consenso entre la propuesta de los feligreses de<br />

Aledo y su larga experiencia al frente del taller más prestigioso<br />

de Murcia. Las alternativas expuestas quedan a la decisión<br />

final de los comitentes. De no aceptar las observaciones<br />

comentadas, Salzillo declara su disponibilidad para cumplir<br />

cualquier tipo de encargo: “No me detengo en hacerla –la<br />

imagen– de la forma que se determine, embiando su altura”. altura”<br />

Ya se apuntó anteriormente a la particular complejidad<br />

de las relaciones entre el imaginero y su clientela al ajustar<br />

la ejecución de una obra. Recuérdese, igualmente, que<br />

la dependencia, muy acentuada en el ámbito hispánico, en<br />

comparación con otros países europeos, del artista hacia los<br />

patronos no se restringe al ámbito de las imágenes sagradas.<br />

Es sumamente esclarecedor el imprescindible testimonio del<br />

tratadista y pintor A. Palomino sobre todo lo relacionado<br />

5 Ibíd. En la clausura del convento de la Encarnación de Osuna (Sevilla) se<br />

conserva una Dolorosa en pie del XVIII, sin relación con obras murcianas, que<br />

lleva un corazón en las manos como señala Salzillo en su carta a los cofrades<br />

de Aledo.<br />

116<br />

con la formación de los artistas y sus modalidades creativas<br />

durante el siglo XVII y primer tercio del XVIII. Al glosar unas<br />

conclusiones programáticas del famoso historiógrafo alemán<br />

Sandrart sobre aspectos básicos de la creación artística, según<br />

un texto de Horacio sobre la mutua satisfacción de patrón y<br />

artista, apostilla el tratadista cordobés: “...el complacer a los<br />

dueños de la obra importa mucho cuando son discretos en<br />

el pedir, con lo cual se logra uno y otro interés, pero ¡líbrenos<br />

Dios de dueños imprudentes que piden contra lo mismo<br />

que desean, pues deseando la perfección de su obra tal vez<br />

son tan tenaces en algunos despropósitos que totalmente le<br />

defraudan su mayor perfección!” 6<br />

defraudan su mayor perfección!” 6<br />

defraudan su mayor perfección!” .<br />

Conservamos otro documento de Salzillo sobre esta delicada<br />

relación patrono-artista, y los acuerdos que inevitablemente<br />

estaban obligados a alcanzar, habida cuenta, además,<br />

que en lo tocante a temas religiosos, la común fe católica y<br />

el indiscutible decoro que en las imágenes sagradas a todos<br />

importaba predisponían al compromiso. Un año antes del<br />

contrato con los vecinos de Aledo, en 1781, la catedral de<br />

Almería y el escultor murciano pactaron las condiciones de<br />

ejecución de un San Indalecio, desgraciadamente desaparecido.<br />

Se especificaba en primer lugar la existencia de un dibujo<br />

previamente consensuado al cual se refería la ejecución de la<br />

obra y las posteriores comprobaciones sobre el cumplimiento<br />

del contrato. Es de lamentar profundamente la generalizada<br />

carencia de ensayos gráficos y proyectos de obras de escultores,<br />

retablistas y ensambladores. Es seguro que los dibujos<br />

eran paso obligado en la gestación de las obras, así como los<br />

bocetos en barro, yeso o cera antecedían a la ejecución de la<br />

imagen. Los modelos y bocetos conservados de Salzillo y algún<br />

grabado abierto según sus dibujos, no pueden sino hacernos<br />

añorar tantísimos apuntes y tanteos en la elaboración de<br />

figuras completas, detalles anatómicos, ensayos de ropajes,<br />

etc. que de mano en mano del personal del taller acompañaba<br />

la talla y policromía de la obra definitiva7 . Del sustancioso<br />

6 Vid. Palomino, A. 1947. Otro sustancioso párrafo del citado autor sobre el<br />

espinoso asunto de las relaciones entre promotores y artistas introduce una<br />

sensata distinción –en cuyo sobreentendido actuaba Salzillo– entre la idea o<br />

contenido de las obras y la libertad de ejecución por parte del artista. Así, en<br />

el capítulo III del citado Tratado se propone: “... cuando suceda que el artífice,<br />

por complacer a el dueño de la obra (que es muy justo) se haya de gobernar<br />

por ajena idea, procure, cuando le sea posible ajustarse a ella en lo que no<br />

contraviniere a las reglas del arte, e ilustrarla, enriquecerla y adelantarla<br />

antes que disminuir; pues de todas maneras le estará bien a su crédito y a sus<br />

intereses” (Palomino, A. 1947, p. 650).<br />

7 El contrato para la hechura del S. Indalecio ha sido transcrito y reproducido<br />

en facsímil. En Herrero Pascual, Ana Mª, coord. 2006, pp. 146-156.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!