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Escultura vestidera, no pasionaria. Aportaciones salzillescas Murcia, Francisco Salzillo y la Cofradía de Jesús
inexpresividad del rostro del Santo de Hipona nos inducen
a confirmar esta autoría. Actualmente se encuentra vestido
pobremente con ropas sacerdotales.
Santa Mónica. La madre de San Agustín, en la actualidad,
hace “pendant” con la imagen anterior en el crucero de la
actual parroquia de San Andrés. Ésta se ha catalogado como
de Nicolás Salzillo e incluso, por su mayor calidad, se la ha
relacionado con Bussy y con Duparc. Es notable el parecido,
casi gemelo, en cuanto al rostro se refiere, con la Santa Ana
que hace pareja con un San Joaquín del altar de la Virgen
del Socorro de San Esteban, hoy en el Museo de Bellas Artes
de Murcia. Su similitud nos lleva a hacer una catalogación
conjunta de las tres piezas. Estos últimos son sin duda de la
misma mano y están completamente tallados y policromados,
lo que nos aporta algunos datos más para su atribución estilística.
Nos parecen obras del taller de Nicolás Salzillo, ya que
en ellas son apreciables sus característicos grafismos: grandes
ojos de cristal, boca pequeña, modelado de venas y músculos
casi exteriores más expresionistas que realistas, tallado lineal
del cabello, colocación en leve contraposto, separación de
los dedos, canon rechoncho, etc. Han participado en diversas
exposiciones, temporales y permanentes, ya que, aunque no
de mucha calidad, su brillante policromía y el ser de talla
completa han hecho que se vuelvan los ojos hacia ellos con
relativa frecuencia. Normalmente aparecen catalogados, un
tanto a la ligera, como obras de algún discípulo o seguidor de
Salzillo, pero su documentada fecha “ante quem” nos invalida
dicha atribución. Esa fecha es la de la expulsión de los jesuitas,
que tiene lugar en 1767, y de 22 de octubre de 1769 es
el pormenorizado inventario realizado con motivo de dicha
expulsión, conservado en el Archivo Histórico Provincial. En
él ya aparecen integrados en un retablo de tema mariano de
fines del XVII o principios del XVIII, para el que sin duda fueron
creados “… dos ymaxenes a los lados del Sor San Juaquin y
Señora Santa Ana de talla en nichos de espejos y con sus
cubiertas de lienzo y pintura de las mismas” (hemos respetado
la ortografía original), lo que nos sitúa su fecha de realización
en torno a la época de ejecución de dicho retablo. No se tiene
constancia de que Salzillo llegara a trabajar para la Compañía
de Jesús, ya que antes de la expulsión, los trabajos de enriquecimiento
de la iglesia están completados, como demuestra
dicho inventario. Así pues, dado el paralelismo entre esta
Santa Ana y la Santa Mónica de San Andrés, nos lleva a pensar
que sean del mismo autor, más aún si la emparejamos con la
imagen de San Agustín, también relacionado con el padre de
Francisco Salzillo. La santa posee dos sencillos hábitos negros,
según su iconografía de viuda, modernos.
Virgen del Amor Hermoso. Esta bellísima y majestuosa
imagen de la Virgen no es otra que la antigua Virgen de la
Correa y Consolación, patrona del antiguo convento agustino
3 . De ella existen pocas alusiones en estudios sobre Salzillo
ni en apenas ningún otro estudio sobre la escultura
murciana. La Virgen, de aspecto regio y mirada serena, en la
actualidad se encuentra un tanto olvidada y con necesidad
de una urgente puesta en valor que avale la indiscutible calidad
de su talla y policromía. Por sus paralelismos estéticos
cabría también adscribirla al catálogo de los Salzillo en esa
etapa de trabajo conjunto del padre y el hijo o de Francisco
bajo la cercana influencia de Nicolás. Desde fines del XIX se
la titula como Virgen del Amor Hermoso, ya que durante
décadas protagonizó los otrora famosos juegos florales del
mes de mayo en la parroquia de San Andrés. De esa época
es el interesante manto granate bordado en repostero oro
3 Fuentes y Ponte. 2005.
Santa Lucía. Parroquia de San Bartolomé, Murcia (IV)
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