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Murcia, Francisco Salzillo y la Cofradía de Jesús J. Iniesta Magán
Lorenzo, Miguel de Olivares, Blas Lorente, Pedro Serrano (a)
el Poyo, Juan Guijarro, Juan de Buenrostro, Tomás Melero y
Andrés Gomes, acompañados de algunos oficiales de dicho
gremio, por sí mismos y en nombre de los componentes que
fuesen en adelante, acordaron:
Que se obligaban en favor de la Cofradía de Jesús Nazareno
y de Pedro Aranda y BIas Guerrero, mayordomos por esta
fecha, a sacar por su cuenta y a su costa perpetuamente el
paso de “La Cena”. Llevando todos sus túnicas de nazareno
cubierto su rostro y blandones de cera encendidos, con su
escuadra de cruces correspondientes al mismo. Obligándose
a su vez los mayordomos a entregar a los citados y a sus
sucesores, treinta túnicas de lienzo morado y negro “para los
que debían llevar luces y escuadra de cruces y un blandón de
cera para el citado paso”.
De entre las condiciones pactadas destaca los cincuenta
reales que debían pagar los que faltasen a su obligación, cantidad
que se emplearía en lienzo para túnicas, que debían quedar
en poder de los mayordomos que sacasen el paso. Siendo
también obligación de éstos hacer a su costa dos mucetas
anuales (ornamentos de perlados, a modo de esclavina), hasta
completar las doce necesarias para los apóstoles del mismo.
De todo ello se deduce que el gremio de sastres desarrolló
gran actividad y celo profesional, aportando su sello particular
a la vida sociocultural y religiosa de nuestra ciudad durante
gran parte del siglo XVIII. Demostrando, al mismo tiempo,
gran devoción, fe y extraordinario celo a Nuestro Padre Jesús
y a su cofradía, tomando como perpetua obligación el sacar
el paso de “La Cena”, en la procesión que cada Viernes Santo
sale por las calles de esta hermosa ciudad.
No limitando su dedicación, bienes patrimoniales y
esfuerzo personal a la citada Cofradía de Jesús, sino que
íntegramente tomaron parte, también como mayordomos,
en la Cofradía de Santa Lucía, con sede en la parroquia de San
Bartolomé, reuniéndose en su sacristía con regular frecuencia.
Además de las obligaciones, atención y dedicación que
comportaba la administración y estructura del propio gremio
de sastres, conocemos documentos importantes, tales como el
cabildo celebrado en 5 de enero de 1754, que informa sobre
ordenanzas relativas a la asistencia y cuidado de enfermos
maestros pobres y atención a sus viudas, velando siempre por
su salud e integridad física y moral, que llaman poderosamente
la atención por su solidaria y afectiva caridad.
Información gremial que demuestra que a mediados del
siglo XVIII existía en Murcia una asociación profesional que
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dirigía sus principales actuaciones, las más honrosas y caritativas,
hacia la salud y bienestar de sus propios componentes
y de forma destacada su cooperación al esplendor de nuestra
gran Semana Santa, colaborando con la Cofradía de Jesús y
obligándose a sacar para siempre el paso de “La Cena”. Junto
a cofradías murcianas como la de Santa Lucía, cuya devoción
y mantenimiento de su ornato fueron señas particulares de
su buen hacer.
Junta del gremio de sastres para tratar sobre
la obligación que contrajeron en 1664 de sacar
el paso de “La Cena” (1753)
En los primeros días del mes de septiembre de 1753, el
escribano Tomás Hidalgo dio fe de la junta celebrada por el
gremio de sastres en 26 de agosto anterior, de la que citamos
sus notas destacadas:
La junta se celebró en la capilla de Santa Lucía, sita en la
parroquia de San Bartolomé, compareciendo, Francisco Martínez
Borgoñoz y Nicolás Peralta, veedores de dicho gremio,
junto a dos acompañados.
Tomando parte: Miguel de Vergara, Francisco de Mora, José
López, Antonio Martínez Borgoñoz, Juan Gómez, Lorenzo de
Ayala, Juan Roquete, José González Siles, José Alvano, José
Fitor, José Martínez Peralta, José Alonso, José Rubio, José Pereñíguez,
José Parreño, Francisco de Torres, Francisco Romero,
Andrés Viñas, Juan Morales, Antonio y Gregorio Sánchez, Juan
Ruiz, Francisco Bausa, Pascual Albarracín, José Acosta, Pascual
Marín, Julián Iniesta, Pedro Martínez, Alonso Alarcón, Blas
Mateo, Antonio Franco, Antonio Escribano, Cosme Benzal,
José Álvarez, José Izquierdo, Francisco Almagro, José Soria,
Francisco Illán y Juan Medrano, maestros examinados de dicho
oficio, por citación general efectuada por los andadores del
mismo.
Participándose al gremio del pleito que en 22 de abril de
1751 se inició por BIas Mateo y Felipe Correal, veedores de
entonces, contra Antonio Reus y otros oficiales, por no haber
asistido a la procesión del Viernes Santo, con su túnica y
hacha en el paso de “La Cena”.
Pretendiendo se les quitase la multa, por estar obligados
en la escritura efectuada en 1664, que otorgaron los mayordomos
y oficiales del gremio, con los mayordomos de dicha
Sagrada Imagen, con la única diferencia de entregarles en esta
ocasión cuarenta túnicas corrientes y decentes.
Comunicando a esta junta D. Joaquín Riquelme, regidor
perpetuo de Murcia y mayordomo de la Cofradía de Jesús, que