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Un San Pedro de Alcántara, un Cristo crucificado y un apostolado inéditos de Salzillo Murcia, Francisco Salzillo y la Cofradía de Jesús<br />
altura del Cristo de 44 cm. El ancho de la cruz es de 49 cm y<br />
la anchura del Crucificado, de 38 cm, de mano a mano. Medidas<br />
que pueden ser tanto de un crucifijo para un pequeño<br />
altar, capilla o altar portátil como para un oratorio particular<br />
o recinto privado.<br />
Respecto a la historia de la imagen, se tiene noticia de la<br />
época más inmediata, ya que este Crucificado fue comprado<br />
en Murcia en la década de los ochenta. Con anterioridad<br />
perteneció a una familia de Bullas desde el siglo XIX. Parece<br />
ser que desde entonces la escultura estuvo en propiedad de<br />
dicha familia hasta 1985, en que la adquirió el propietario<br />
actual y la tiene desde entonces en su colección madrileña.<br />
Aunque no se conocen su procedencia anterior ni su origen,<br />
se ha tenido por los respectivos propietarios desde siempre<br />
como obra original de Francisco Salzillo.<br />
La imagen se ha acompañado desde antiguo por un<br />
documento (IV) , al parecer un privilegio o una bula, por la que<br />
se concedían indulgencias de cuarenta días a quien rezase<br />
delante de dicho “Jesucristo Crucificado de talla” 11 . El documento<br />
de las indulgencias nos aporta un dato importante<br />
y es la fecha 17 de abril de 1868; sin duda, ya entonces se<br />
reconocía el mérito de dicha pieza, tanto como para darle, si<br />
cabe, más valor que a otra obra más de culto.<br />
La calidad artística de la pieza es indudable, la imagen<br />
presenta una talla fina y delicada y el estudio anatómico de la<br />
figura es magistral, apreciándose perfectamente la estructura<br />
ósea y muscular de todo su cuerpo. Las manos y pies son de<br />
espléndida factura, destacando su pierna derecha adelantada.<br />
Se puede observar a un Cristo en agonía, con el rostro<br />
conmovido y demacrado girado hacia su derecha y arriba, en<br />
actitud de súplica hacia el Padre. Sus ojos son de cristal y el<br />
11 El documento dice lo siguiente y viene encabezado por “ Nos el Dr. Don<br />
Diego Mariano Alguacil… ” Obispo de Cartagena que… “Deseando promover en<br />
cuanto está de nuestra parte el culto divino y fomentar la devoción del pueblo<br />
cristiano, dando graciosamente lo que en la misma forma hemos recibido de<br />
la Divina Misericordia sin mérito alguno nuestro, concedemos cuarenta días<br />
de indulgencia a todos los fieles de uno y otro sexo por cada vez que rezasen<br />
devotamente un Padre nuestro, Credo o Acto de contrición ante la Imagen de<br />
Jesucristo Crucificado de talla, propiedad de Dª Carmen..., vecina de Bullas, y<br />
pidieran a Dios Nuestro Señor por la exaltación de nuestra santa fe católica,<br />
paz y concordia entre los príncipes cristianos, extirpación de las herejías, y<br />
demás fines piadosos de nuestra Santa Madre la Iglesia. Dadas en Murcia diez<br />
y siete de abril de mil ochocientos setenta y ocho”. Lo firma y sella “Diego<br />
Mariano, Obispo de Cartagena”.<br />
En cursiva está representado el texto manuscrito y como se ve se ha obviado<br />
reflejar, a propósito y por discreción, los apellidos de la anterior propietaria y<br />
también se ha ocultado adrede en la fotocopia que se presenta como documento<br />
de indulgencias.<br />
Imagen del Crucificado de Francisco Salzillo<br />
de la colección madrileña (III)<br />
cabello, ondulado, le cae hacia el lado derecho; la corona de<br />
espinas se inserta mediante talla en el mismo. El escultor ha<br />
sabido reflejar todo el dolor y el sufrimiento del Cristo y por<br />
ello esta imagen transmite espiritualidad e invita sin duda a<br />
la devoción.<br />
La policromía está muy cuidada, especialmente en todas<br />
las carnaciones, que son de tonalidades suaves y delicadas.<br />
En ellas destaca sobre manera los numerosos toques rojizos<br />
que representan la sangre que le mana al Cristo y escurre de<br />
sus heridas. El paño de pureza, en tono claro, que acompaña<br />
a la figura tiene unos delicados pliegues, va recogido hacia la<br />
entrepierna y se muestra por detrás en un movimiento airoso<br />
muy barroco, característica muy peculiar en los crucificados<br />
de Salzillo.<br />
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