No.5, septiembre-octubre 2008 - Convivencia
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HABLEMOS DE LAS BARTOLINAS. LO<br />
QUE NO DICE EL NOTICIERO NACIONAL<br />
Por Tomás Pérez Morejón<br />
Las bartolinas eran un método de tortura que podía<br />
llevar a la locura a cualquier prisionero, su recurso era<br />
la constancia. Los prisioneros condenados a largas<br />
sentencias pasaban días, años interminables en<br />
calabozos con filtraciones y goteras que producían<br />
incesantes martirios. No estaría exagerando si dijera<br />
que hace tiempo muchos cubanos de a pie vivimos<br />
en bartolinas.<br />
Personalmente doy testimonio de este hecho pues<br />
por casi veinticuatro años he tenido la desgracia de<br />
vivir en dos edificios multifamiliares. En el que estoy<br />
habitando hace casi diecisiete años, no sería justo<br />
llamarle techo o cubierta al obstáculo que está entre<br />
nuestras cabezas y el cielo, pues resulta una burla<br />
sarcástica a nuestro idioma.<br />
Muchos son los vecinos que como yo deben ir al<br />
baño con una sombrilla o andar con una capa de agua<br />
cuando llueve. Maniobra que se prolonga hasta tres<br />
horas después del escampado, gracias al maravilloso<br />
proceso de escurrimiento. ¿Los muebles y la ropa?<br />
Bueno, ya se pueden imaginar el estado deplorable<br />
que presentan, el remanente de “lo que el agua se<br />
llevó”. Sufrimos una versión revisada de las bartolinas.<br />
¿Quejarnos? A todas las instancias inimaginables.<br />
Todas nos indican que existe un delegado del Poder<br />
Popular que es el indicado para reclamarle. ¿El<br />
delegado resuelve? Bueno a dicho delegado -que es<br />
el mismo desde hace diecisiete años- le hice la debida<br />
solicitud y ¿qué me comunicó? No tenía los recursos<br />
necesarios para resolver la reparación de los techos<br />
de los edificios.<br />
Podemos constatar que a las edificaciones<br />
estatales y los hoteles del turismo internacional y todas<br />
las demás dependencias les fueron selladas las<br />
goteras-bartolinas con impermeabilizantes, papel de<br />
techo chino rojo o negro de muy buena calidad.<br />
Se acrecentaron las solicitudes y quejas que en<br />
ocasiones llegaron a ser desgarrantes escándalos. Y<br />
el compañero delegado comenzó a hacer fervorosas<br />
promesas de: para el año que viene, que ya estaba<br />
hecho el proyecto, que ya estamos en turno, que d,<br />
que e y que f…<br />
Al comenzar a levantarse edificios para las FAR<br />
(Fuerzas Armadas Revolucionarias) y para los médicos<br />
internacionalistas (las que pagarán en divisas) y para<br />
el MININT (Ministerio del Interior), observamos que<br />
estos edificios prefabricados de concreto les hacían<br />
la azotea de dos corrientes, con el sellador del papel<br />
68 Un umbral para la ciudadanía y la sociedad civil<br />
de techo y el requerido pegamento especial parecido<br />
al asfalto. Entonces comentamos: ahora a los<br />
cincuenta años es que se han dado cuenta que las<br />
construcciones soviéticas prefabricadas son unas<br />
canastas de concreto y acero.<br />
El asunto se explica porque los soviéticos hicieron<br />
estos modelos de construcciones para cambiarle la<br />
cubierta cada cinco años. Como todo lo de ellos eran<br />
planes quinquenales podían cumplir la política y volver<br />
con una brigada de mantenimiento atrás en las eternas<br />
reparaciones.<br />
Este plan lo han cumplido los discípulos cubanos<br />
solo cuando es de interés estatal o donde habitan<br />
personajes significativos. El edificio donde vivo -<br />
cuentan los vecinos- tiene más de veinticinco años<br />
sin reparar la cubierta o techo. Presumo que los vecinos<br />
afectados no somos importantes.<br />
Las edificaciones antes de 1959 del pasado siglo<br />
construidas por cubanos con la técnica de los<br />
constructores españoles son más duraderas. Las placas<br />
o forjados no se filtraban ni a los cinco, ni a los diez,<br />
ni a los cincuenta años y cuando se filtraban si acaso,<br />
existían impermeabilizantes adecuados para -sin tanto<br />
alboroto- evitar la bartolina. Otra cosa que afectan<br />
las construcciones en Cuba es que cada trabajo o<br />
proyecto está sometido a la maratónica cuenta de<br />
planes, que tanto daño le causan a la calidad, solo<br />
con fines propagandísticos.<br />
Estas dramáticas noticias de las bartolinicas<br />
cubiertas de los edificios y las casas que solo pueden<br />
reparar los centralizados delegados del Poder Popular<br />
no salen en los noticieros de la televisión. Pues estas -<br />
junto a muchas otras- resultan unas negativas razones<br />
que enlentecerían las pretendidas corrientes del<br />
desarrollo de la nación. Y cuanto es imposible cubrir<br />
un incumplimiento social aparecerá un culpable que<br />
nada tendrá que ver con la realidad que todos<br />
conocemos. Nos preguntamos entonces, ¿no pueden<br />
sacar los materiales para sellar las bartolinas de donde<br />
mismo sacaron los que usan en los edificios estatales,<br />
los de las FAR, el MININT y las de los médicos<br />
internacionalistas?<br />
Sin cuestionar sus derechos ¿Por qué no cumplen<br />
también los nuestros?<br />
_____________________<br />
Tomás Pérez Morejón (Pinar del Río, 1937)<br />
Poeta y periodista independiente.