Revista Nueva Epoca No 2 - Universidad Autónoma del Estado de ...
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Estos prejuicios incorporados a la mentalidad <strong>de</strong> la gente, funcionan <strong>de</strong>terminando actitu<strong>de</strong>s negativas<br />
frente al proceso <strong><strong>de</strong>l</strong> envejecer acentuándose aún más con los viejos. Dichas actitu<strong>de</strong>s culturales<br />
muestran a los ancianos con evocaciones <strong>de</strong> precariedad, aislamiento, <strong>de</strong>terioro físico, psicológico y<br />
tratados con rechazo o con un paternalismo discriminatorio (Balcazar, Hernán<strong>de</strong>z y Mercado 2003:129).<br />
De esta manera los adultos mayores, participan a su vez con estos estereotipos culturales buscando<br />
“cumplir” con lo así <strong>de</strong>terminado. Estas i<strong>de</strong>as no surgen azarosamente, sino que son producto <strong><strong>de</strong>l</strong> tipo <strong>de</strong><br />
sociedad a la que pertenecen: una sociedad asentada sobre la productividad y el consumo y con enormes<br />
a<strong><strong>de</strong>l</strong>antos tecnológicos, y don<strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> los recursos están puestos en los jóvenes y en los<br />
adultos que pertenecen a la rueda productiva. Así mismo, las creencias y valoraciones, que forman parte<br />
<strong>de</strong> las representaciones sociales, afirman (en los familiares <strong>de</strong> los ancianos) actitu<strong>de</strong>s que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
sobreprotección al maltrato. Esto refuerza el aislamiento ya que la fuerza <strong>de</strong> los vínculos es contraria al<br />
reconocimiento <strong>de</strong> los mismos (Balcazar, Hernán<strong>de</strong>z y Mercado 2003:129).<br />
Por su parte Asili (2005:142), menciona que pensábamos que al llegar a esta etapa <strong>de</strong> la vida, uno tenía<br />
que estar en malas condiciones <strong>de</strong> salud, al grado <strong>de</strong> que en muchos lugares se usaba la palabra vejez<br />
como sinónimo <strong>de</strong> enfermedad. En algunas instituciones <strong>de</strong> salud era utilizada la palabra senilidad como<br />
uno <strong>de</strong> los diagnósticos que tenían los pacientes geriátricos, sin que tuviera un verda<strong>de</strong>ro significado y,<br />
por consiguiente, sin ofrecerles alternativas <strong>de</strong> solución a sus problemas <strong>de</strong> salud. Cuando algunas<br />
instituciones internacionales comenzaron a dar importancia a la salud <strong>de</strong> estos grupos <strong>de</strong> edad, realizaron<br />
investigaciones tanto en países <strong>de</strong>sarrollados como en aquellos en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, para conocer la<br />
situación real a cerca <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s, y fue dado a conocer que, en su mayoría se trataba <strong>de</strong><br />
población sana. En Latinoamérica el 90% <strong>de</strong> personas <strong>de</strong> edad avanzada eran sanas y mantenían una<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia para llevar a cabo sus activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida diaria, requiriendo únicamente apoyo en<br />
servicios sociales y control <strong>de</strong> salud mediante programas más accesibles.<br />
Ahora bien, <strong>de</strong>bido a que nuestra sociedad tien<strong>de</strong> a recluir y aislar a los ancianos por consi<strong>de</strong>rarlos<br />
improductivos, es necesario retirar los estigmas <strong>de</strong> senilidad, inutilidad, estorbo, carga, etc., porque el<br />
viejo está tan vivo como cualquiera y sufre por el hecho <strong>de</strong> ser rechazado. Por tal motivo, es<br />
especialmente importante distinguir entre el envejecimiento fisiológico y la capacidad <strong>de</strong> crecimiento<br />
intelectual y <strong>de</strong> participación social. Incluso personas enfermas o débiles pue<strong>de</strong>n continuar aprendiendo<br />
y actuando socialmente. Si la meta es envejecer bien, es importante consi<strong>de</strong>rar la salud como la <strong>de</strong>finió la<br />
Organización Mundial <strong>de</strong> la Salud (OMS): un estado <strong>de</strong> bienestar físico, psíquico y social, y no solo la<br />
ausencia <strong>de</strong> enfermedad. Ahora bien, más específicamente la OMS, <strong>de</strong>fine la salud en el adulto mayor<br />
como la capacidad para enten<strong>de</strong>rse así mismo y <strong>de</strong>senvolverse en el seno <strong>de</strong> la familia y la sociedad, la<br />
cual le permite <strong>de</strong>sempeñar sus activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida diaria por sí solo (Balcazar, Hernán<strong>de</strong>z y Mercado<br />
2003:158).<br />
Las personas con discapacidad y adultos mayores como parte <strong>de</strong> la diversidad en el trabajo<br />
Hoy día, la fuerza <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> las organizaciones tiene orígenes muy diversos. Por ello, resulta vital la<br />
administración <strong>de</strong> la diversidad y el aseguramiento <strong>de</strong> la igualdad en las oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> empleo para<br />
todos los empleados, sobre todo si se consi<strong>de</strong>ran todas las leyes y regulaciones que existen. Las personas