Revista Nueva Epoca No 2 - Universidad Autónoma del Estado de ...
Revista Nueva Epoca No 2 - Universidad Autónoma del Estado de ...
Revista Nueva Epoca No 2 - Universidad Autónoma del Estado de ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
~ 65 ~<br />
será él quien pueda legitimar su buen comportamiento, o en caso contrario, será él quien pueda castigar<br />
su mal comportamiento. Ella en sí misma carece <strong>de</strong> la suficiente legitimidad para evaluar y juzgar su<br />
propio comportamiento.<br />
El establecimiento <strong>de</strong> este or<strong>de</strong>n social progresivamente va sedimentando en la estructura social el papel<br />
asignado a cada género, su rol (Berger y Luckmann, 1978). Instituyendo lo prescrito y proscrito a cada<br />
uno, pero para el caso <strong>de</strong> la mujer será el varón quien establezca la frontera <strong>de</strong> lo tolerado frente a lo<br />
intolerado, mientras que para el caso <strong><strong>de</strong>l</strong> varón será él mismo quien <strong>de</strong>fina sus límites. La construcción<br />
social <strong>de</strong> lo permitido en contra <strong>de</strong> lo prohibido para el caso <strong>de</strong> la mujer, habrá marcado una dicotomía<br />
entre la virtuosa y la viciosa. La primera <strong>de</strong>finida fundamentalmente por la cesión <strong>de</strong> su cuerpo para el<br />
ejercicio <strong>de</strong> la procreación para darle <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia legítima al varón, su prioridad por tanto será la<br />
familia, mientras que la segunda <strong>de</strong>finida fundamentalmente por la cesión <strong>de</strong> su cuerpo para el ejercicio<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> placer erótico <strong><strong>de</strong>l</strong> varón. La virtuosa exalta la trascen<strong>de</strong>ncia <strong><strong>de</strong>l</strong> varón, mientras que la viciosa exalta<br />
su ausencia <strong>de</strong> control sobre sí mismo, porque sucumbe ante la carne, ante el <strong>de</strong>seo por el natural<br />
erotismo que le caracteriza.<br />
En cualquier caso se trata <strong>de</strong> la apropiación <strong><strong>de</strong>l</strong> cuerpo femenino por el varón. Para la mujer se trata <strong>de</strong><br />
una disyuntiva en la que para lograr una cosa tendrá que renunciar a la otra, sin la posibilidad <strong>de</strong><br />
pensarse madre por <strong>de</strong>cisión propia y al mismo tiempo mujer con capacidad erótica <strong>de</strong> placer para sí.<br />
La elaboración <strong>de</strong> esta construcción social permitirá para el caso <strong><strong>de</strong>l</strong> varón, un libre acceso a los dos<br />
tipos <strong>de</strong> mujeres, porque con una no podrá hacer lo que con la otra ya que se trata <strong>de</strong> comportamientos<br />
femeninos socialmente contrapuestos. La madre <strong>de</strong> sus hijos no podrá comportarse como una viciosa,<br />
pues <strong>de</strong>jaría entonces <strong>de</strong> ser virtuosa y aquella que es viciosa no podrá nunca ser virtuosa porque carece<br />
<strong>de</strong> la calidad moral, <strong>de</strong> la virtud, para llegar a serlo. Junto a este or<strong>de</strong>namiento social se acompañan otros<br />
dispositivos <strong>de</strong> distinción como la ropa, entre una mujer y otra 11<br />
.<br />
Para lograr la compleja tarea <strong>de</strong> controlar a la mujer era necesario tenerla bajo vigilancia ¿cómo<br />
po<strong>de</strong>r hacer tan difícil tarea, cuando el varón tenía ya establecida su obligación social: mantener a su<br />
familia, para lo cual <strong>de</strong>bía salir <strong>de</strong> casa? La solución al problema al parecer quedó establecida en la<br />
confinación <strong>de</strong> espacio, era necesario tener confinada a la mujer en un espacio conocido y controlado,<br />
ese espacio no sería otro que el <strong>de</strong> la casa; mientras que para el varón como <strong>de</strong>bía salir para proveer a la<br />
familia podía entrar y salir <strong>de</strong> la casa para también entrar y salir <strong><strong>de</strong>l</strong> espacio fuera <strong>de</strong> casa, él a diferencia<br />
<strong>de</strong> la mujer contó con libertad <strong>de</strong> movimiento para acce<strong>de</strong>r a ambos espacios, al espacio <strong>de</strong> la casa, el<br />
espacio <strong>de</strong> lo privado, y al espacio fuera <strong>de</strong> la casa, el espacio <strong>de</strong> lo público, lo que era explicable en<br />
virtud <strong>de</strong> su papel como proveedor. Se trata <strong>de</strong> un manejo social <strong><strong>de</strong>l</strong> espacio para ambos géneros que fue<br />
instituyéndose y afinándose en combinación con la creación <strong>de</strong> la propiedad privada y el patriarcado.<br />
Esta disposición espacial por género configuró también las activida<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> la mujer, en<br />
otras palabras su <strong>de</strong>sempeño en el marco <strong><strong>de</strong>l</strong> espacio privado. Todo sugería que al ser la <strong>de</strong>positaria <strong>de</strong><br />
la capacidad <strong>de</strong> reproducir la especie, era <strong>de</strong> esperarse que también fuese <strong>de</strong>positaria innata <strong>de</strong> la<br />
capacidad para cuidar y procurar a los miembros que procreaba. En consecuencia las activida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>sempeñadas no representaban tareas que implicaran una capacidad especial, un conocimiento<br />
aprendido, por tanto el trabajo elaborado en lo privado está ausente <strong>de</strong> valoración social: ni es<br />
reconocido, ni es remunerado (Hierro, 2003).<br />
<strong>de</strong>stacado.<br />
11 Para la producción y reproducción <strong>de</strong> esta construcción social <strong>de</strong> lo femenino, la participación <strong>de</strong> la religión ha tenido un papel