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La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

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Habíamos alcanzado una nueva frontera en nuestro trabajo en Antichrist Superstar. Ahora, no sólo no<br />

éramos productivos, éramos destructivos. En los días siguientes, la primera caja de ritmos de la banda<br />

sería lanzada de la ventana de un segundo piso, las paredes de Trent serían atravesadas a puñetazos, el<br />

equipo de Twiggy sería aplastado y la grabadora de cuatro tracks de Daisy sería colocada en un<br />

microondas a máxima potencia, friendo sus circuitos más allá de lo reparable.<br />

El cuatro de Julio, el día en el estudio consistió en que todos se emborracharon mientras que Trent y yo<br />

encendíamos fuegos artificiales, los lanzábamos a un microondas, y lanzábamos todo ese desastre<br />

radioactivo a la calle. Esto fue seguido por la destrucción de mi colección de figuras de Spawn junto con<br />

una figura de acción de Venom, un villano de los comics de Spiderman sacado del mercado porque decía,<br />

‘quiero comer tu cerebro,’ como las drogas que ahora consumíamos casi todos. Lo único que teníamos en<br />

común era la constante lluvia de botellas que caía sobre Ginger –no por sana diversión, sino por<br />

resentimiento porque había logrado encontrar un poco de felicidad en sus vacías desnudistas. La única<br />

compañía que el resto de nosotros podía encontrar era la tristeza. Para el amanecer, Twiggy estaba<br />

buscando malvaviscos para cocinar sobre la consola mezcladora que Trent planeaba incendiar. No sólo<br />

era destrucción: era una forma muy violenta de postergación.<br />

El estado de nuestro equipo era muy parecido al estado de la banda: demolido. En pocas semanas, Daisy<br />

había dejado el grupo. El marica había actuado como un hombre por primera vez en su vida y había hecho<br />

una junta y había renunciado. La junta salió sorpresivamente bien. De alguna forma, en realidad sentí<br />

respeto por mantenerse firme en lo que quería hacer en lugar de permanecer con nosotros. En ese<br />

entonces, lo tomé como una broma, diciendo a todos que la única cosa que extrañaría sería ver a Daisy, el<br />

Conserje Sexual, levantar condones usados mientras sacudía y trapeaba los desórdenes de la banda,<br />

comprando chocolates y flores en un intento por seducir a las chicas con las que todos los demás<br />

habíamos dormido. Pero la verdad es que me sentí peor que nunca. Todas las personas con las que había<br />

formado la banda se habían ido, y todos los que quedaban comenzaban a unirse en mi contra. Yo era el<br />

único con novia en New Orleans y el único que parecía querer trabajar. Incluso Twiggy se estaba<br />

convirtiendo en un extraño, controlado en parte por las drogas de Casey y en parte por Trent,<br />

acercándosele tanto que parecía que estaba más interesado en ser un miembro de Nine Inch Nails que de<br />

Marilyn Manson. Él había comenzado a llamarme Arch Deluxe, como la hamburguesa de McDonald’s que<br />

era sólo para adultos, y todos los demás pronto se le unieron. Constantemente me sentía como la figura<br />

paterna, odiado por tratar de hacer que todos los demás hicieran su tarea.<br />

Siempre que quería hablar sobre los libros que estaba leyendo sobre el Apocalipsis, numerología, el<br />

Anticristo, y la cábala, a nadie le importaba. Cuando terminaba de grabar algo, alguien invariablemente lo<br />

odiaba y quería hacerlo más ruidoso y duro –o incluso usar una caja de ritmos en vez de una batería real.<br />

¿Era esto producción o sabotaje? Las únicas veces en que todos estaban de acuerdo conmigo era cuando<br />

sugería llamar a Casey.<br />

Fuera del estudio, New Orleans era una alcantarilla. Todos los lugares en los que habíamos pasado el<br />

tiempo el varano pasado ahora estaban llenos de turistas góticos. La ciudad había cambiado de un lugar<br />

en el que nadie nos conocía a uno en que éramos clichés andantes, parodias de nosotros mismos. Cada<br />

noche bebía, tragaba e inhalaba todo lo que podía para escapar. Una noche, Missi y yo terminamos en un<br />

bar llamado The Hideout, el cual, el año anterior, había sido un lugar para patinadores con tres o cuatro<br />

clientes y una rockola que tocaba a Whitesnake y Styx. Nos gustaba beber ahí porque estaba vacío,<br />

porque era una broma y porque los baños tenían puertas que cerraban.<br />

Cuando Missi y yo regresábamos a The Hideout, el lugar se había convertido en un lugar popular. Todos<br />

ahí eran fríos e indiferentes, como si fueran demasiado cool para reconocernos, incluso cuando la única<br />

razón por la que estaban ahí era porque sabían que nosotros estaríamos ahí. En medio de las ropas<br />

negras, el delineador y el tinte de pelo, vi una llama de plata –una esfera disco humana- una chica de<br />

cabello castaño cubierta de brillos y sombra y lápiz labial metálicos. Se paró en el centro del lugar como<br />

una gran señal de neón que daba testimonio de mi infidelidad –ella me había dado sexo oral el verano<br />

pasado. Cualquiera que sea el radar que tiene las chicas, el de Missi estaba encendido esa noche, e<br />

instantáneamente notó la tensión entre yo y la bola disco humana. Mientras más ebrios nos poníamos, más<br />

volátil se volvía la situación. Missi seguía preguntándome quien era ella y si había dormido con ella, y yo<br />

seguía negándolo. Mientras tanto, la chica coqueteaba conmigo como si Missi fuera un fantasma, en el que<br />

de alguna forma se había convertido.<br />

Cuando me paré para ir al baño, la chica se metió mientras cerraba la puerta. Yo estaba borracho y<br />

mareado, y encerrado con esta sucia chica en esta sucia habitación, que tenía el piso cubierto de orina<br />

coagulada incrustada de vellos púbicos. Lo primero que hizo la chica sucia fue sentarse en el retrete y

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