La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson
La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson
La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Me pongo de pie y comienzo a buscar a Teresa, caminando por la casa ligeramente desorientado. Todos<br />
están en las esquinas hablando en pequeños grupos, cada concentración de gente sonriéndome e<br />
invitándome a unirme a ellos. Sigo caminando. La casa parece no tener fin. Reviso cerca de cien cuartos,<br />
sin estar seguro si son el mismo o no, antes de rendirme, teniendo la seguridad de que mi novia la está<br />
pasando bien en algún lugar en el que yo no estoy. Regreso al patio. Pero no es el mismo patio. Está<br />
oscuro, está vacío y algo parece estar mal. No estoy seguro de cuanto tiempo pasé adentro.<br />
Camino hacia fuera y doy una vuelta. Diseños intrincados, como dibujos a lápiz, aparecen en el aire, tan<br />
solo para ser borrados momentos después. Me concentro en ellos por un momento antes de darme cuenta<br />
de que está lloviendo. No importa en realidad. Me siento tan ligero e incorpóreo que la lluvia parece caer a<br />
través de mí, penetrando las capas de luz que mi cuerpo emana. Nancy se acerca a mí y trata de tocarme<br />
y comprender. Ahora definitivamente estoy perdiendo la cordura.<br />
Con Nancy guiándome, llenando el aire con su esencia de flores muertas, camino colina abajo hasta un<br />
pequeño arrollo hecho por el hombre. Por todas partes hay sapos de piel gris, saltando sobre las rocas y<br />
sobre el pasto. A cada paso que doy, aplasto a muchos de ellos, haciendo brotar su sangre azul grisáceo.<br />
Sus entrañas se pegan en mis zapatos, descoloridas, muertas y amarillentas como cuchillas de pasto<br />
atrapadas bajo los rieles metálicos de la podadora de césped. Me vuelvo loco tratando de no matar estas<br />
cosas, quienes tienen hijos y padres que los esperan en casa. Nancy trata de decirme algo y yo trato de<br />
fingir que le pongo atención. Pero todo en lo que puedo pensar son los sapos muertos. Tengo la seguridad<br />
de que así es como se siente un mal viaje, porque si este es un buen viaje, entonces Timothy Leary tiene<br />
mucho que explicar.<br />
Me siento en una roca y trato de recobrar la cordura, de decirme que tan sólo es una droga pensando por<br />
mí, que el Marilyn Manson verdadero regresará dentro de un momento. ¿O es este el Marilyn Manson<br />
verdadero y el otro es tan sólo una representación hueca?<br />
Mi mente gira como la rueda de una máquina tragamonedas alrededor de mi conciencia. Reconozco<br />
algunas de las imágenes -las temibles escaleras de mi viejo cuarto en el sótano, Nancy fingiendo estar<br />
muerta dentro de una jaula, las tarjetas de Ms. Price- un sonriente oficial de policía con una gorra de la<br />
iglesia bautista, fotografías de una vagina cubierta de sangre, una mujer cubierta de costras atada<br />
dolorosamente. Un montón de chicos desgarrando una bandera americana. De repente la rueda se detiene<br />
en una imagen. Se balancea hacia arriba y hacia abajo en mi mente antes de que pueda distinguirla. Es un<br />
rostro, largo e inexpresivo. Su piel es pálida y amarillenta, como si hubiera padecido hepatitis. Sus labios<br />
están completamente negros, y alrededor de cada ojo una gruesa figura de color negro, como una runa, ha<br />
sido dibujada. Lentamente, me doy cuenta de que ese rostro es el mío.<br />
Mi rostro yace sobre una mesa cerca de la cama. Me acerco a tocarla y noto que mis brazos están<br />
cubiertos con los tatuajes que había estado pensando en hacerme. Mi rostro es papel, está en la portada<br />
de una gran e importante revista, y es por eso que el teléfono suena. Descuelgo, y noto que no estoy en<br />
ningún lugar que reconozca. Alguien que se identifica como Traci trata de decirme que vio la revista con mi<br />
rostro y que eso la excita. Se supone que yo conozco a esta persona, por que se está disculpando por no<br />
haberme llamado en mucho tiempo. Quiere verme actuar esta noche en un gran auditorio sobre el cual<br />
nunca he oído. Le digo que me encargaré de eso porque estoy contento de que quiera venir pero<br />
decepcionado de que sea sólo porque vio mi rostro de papel. Entonces me doy la vuelta en la cama que no<br />
es mía y me echo a dormir.<br />
“¡La policía esta aquí!”<br />
Alguien me está gritando, y abro mis ojos. Espero que sea de día y que todo haya acabado, pero aún estoy<br />
sentado sobre una roca rodeado de sapos muertos, Nancy y un tipo gritando que la policía terminó la<br />
fiesta. No puedo decidir cual de todas estas cosas es peor.<br />
Siempre he sido paranoico con la policía, porque aún cuando no estoy haciendo nada ilegal siempre estoy<br />
pensando en hacer algo ilegal. Así que siempre que estoy cerca de un oficial, me pongo incómodo y<br />
nervioso, preocupado de que diré algo malo o de que me veré tan culpable que me arrestarán de todas<br />
formas. El estar completamente fuera de mí a causa de las drogas no ayuda a mejorar la situación.<br />
Comenzamos a correr. La lluvia ha parado y todo está húmedo y suave bajo mis pies, así que siento que<br />
me hundo en el piso en vez de correr. Con gran ayuda del ácido, la situación crece a proporciones<br />
enormes dentro de mi mente, y siento que estoy corriendo por mi vida. Todo mi futuro depende de no ser