La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson
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Terminamos ese pequeño episodio tomando la última pieza de carne que no había encajado en todo el<br />
programa –un gran salmón crudo con cabeza y escamas y ojos y todo- y lanzándolo a la ducha y trabando<br />
la puerta. Ese fue el fin.<br />
P: ¿Ya recordaste lo que Dijo Sean Beavan?<br />
R: Sí, dijo, ‘Esto está muy mal.’ Asegúrate de acentuar el ‘muy’ con muchas ‘u.’<br />
El Dios Reflejante (Sueños)<br />
Mientras caminaba entre el salvaje mundo, noté cierto lugar, en el que había una cabaña; y<br />
me acosté en ese lugar para dormir: y mientras dormía soñé un sueño. Soñé, y ante mí vi a<br />
un hombre vestido con harapos, parado en cierto lugar, con el rostro de su propio hogar, un<br />
libro en la mano, y un gran peso sobre su espalda. Miré, y lo vi abrir el libro, y leyó ahí; y<br />
mientras leía, sollozaba y temblaba: y sin poder contenerse más, rompió en llanto con un<br />
triste lamento; que decía, ‘¿Qué debo hacer?’<br />
!Éste no soy yo! ¡Soy alguien más! ¡No soy yo!<br />
-John Bunyan, The Pilgrims Progress<br />
-Marilyn Manson a su guardaespaldas, Aaron Dilks, durante un desmayo a causa del alcohol en camino de<br />
Leipzig a Berlín.<br />
Hay algo que nunca le he dicho a nadie. No lo recordaba hasta hace poco, cuando fui al quiropráctico y<br />
tronó mi cuello, haciéndome perder el conocimiento por menos de un segundo. En ese tiempo, mi mente<br />
retrocedió en el tiempo a Canton, Ohio. Iba conduciendo por la calle treinta y cinco en mi vieja colonia y<br />
había cientos de cadáveres putrefactos en la carretera tratando de detenerme. Su piel era amarilla, y el<br />
viento movía sus flojos dientes hacia atrás y adelante dentro de sus bocas. Yo seguía atropellándolos, y en<br />
el instante en que el auto los tocaba, se convertían en polvo. Missi estaba en el auto, y yo trataba de<br />
salvarla porque los cadáveres trataban de quitármela. Detuve el auto y bajé para tratar de ayudarla, pero<br />
había grandes y fuertes perros moteados por todas partes, saltando hacia mí en cámara lenta con las<br />
fauces abiertas. Al final de la calle, vi a un grupo moviéndose hacia mí, como una tribu. Su líder era Traci<br />
Lords. Su piel era aún más amarilla que la de los cadáveres y tenía una cruz color rosa neón pintada en el<br />
rostro. Sus movimientos parecían los de un robot. Sus ojos se movían mecánicamente hacia atrás y hacia<br />
delante dentro de sus cuencas y su boca se abría y cerraba como un muñeco de ventrílocuo.<br />
En mis sueños, siempre regreso a Canton, Ohio. Usualmente estoy en mi recámara en el sótano, la cual,<br />
como el sótano de mi abuelo, me daba miedo. Excepto que el horror no era nada tangible, sino que estaba<br />
en mi mente. De niño, solía asustarme ahí sin ninguna razón específica y corría escaleras arriba, no sólo<br />
de noche sino también a mitad del día. Nunca me sentí cómodo solo en mi cuarto y siempre dormía con la<br />
televisión encendida para cubrir los sonidos que imaginaba oír. Si hay algún fantasma en mi pasado, un<br />
esqueleto aún en el closet que nunca he podido sacar, involucra ese viejo sótano. Por la noche mi mente<br />
lucha desesperadamente por llevarme de vuelta ahí, para hacerme sentir como si nunca hubiera salido de<br />
ahí, como si toda mi vida se hubiera desarrollado en ese viejo sótano. Pone ahí a gente que he conocido<br />
desde entonces y gente que conoceré en el futuro, y una vez ahí, se tuercen y distorsionan, se vuelven<br />
monstruosos y malévolos. Entonces mi mente bloquea la salida, haciendo la torcida escalera de madera<br />
insalvable. Trato de correr escaleras arriba pero nunca llego arriba porque manos detienen mis piernas a<br />
través de los espacios entre los escalones.<br />
En otro sueño recurrente, no puedo salir del sótano porque algún tipo de fuerza o persona invisible me<br />
aprieta contra la pared y trata de atraparme ahí. O porque mi gato, O.J., un gato callejero que encontré en<br />
los escalones de la escuela cristiana, me ataca cada que trato de escapar. Hay otro sueño que tengo a<br />
menudo en el cual el foco del sótano se funde y yo trato de cambiarlo lo más rápido posible porque tengo<br />
miedo de estar ahí solo a oscuras. Pero cada foco nuevo que pongo se funde, y estoy atrapado para<br />
siempre corriendo a cambiarlo para evitar que el cuarto se quede a oscuras para siempre.<br />
Hay explicaciones sicológicas simples para estos sueños, pero ninguna de ellas me satisface. En sólo un<br />
sueño puedo recordar haber llegado a la cima de las escaleras. Esta vez el suelo del sótano no está<br />
alfombrado, como usualmente lo está, con los pedazos de alfombra vede que mi padre trajo del trabajo. Es<br />
de cemento, y camino hacia el lado del que siempre tenía miedo cuando era niño, donde la lavadora y la<br />
secadora descansan bajo la sombra del techo más bajo. Busco entre cajas viejas y polvosas que contienen