03.10.2012 Views

La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Después de la recepción, manejamos de vuelta a la casa de mi abuela. Mientras todos se sentaban en la<br />

sala bebiendo vino, comiendo galletas y luchando por decir algo interesante, yo me escabullí y bajé las<br />

escaleras hacia el sótano de mi abuelo. Se veía casi exactamente igual, pero los trenes y la bolsa para<br />

enemas habían desaparecido y alguien había vaciado el gabinete de medicinas. Miré detrás del espejo del<br />

techo, y la pornografía había sido removida. Abrí una de las latas de pintura, y las películas de 16<br />

milímetros aún estaban ahí. Levanté la de encima y la sostuve contra un polvoriento rayo de luz amarillenta<br />

que entraba por la ventana, revelando a un hombre negro haciendo el amor a una rubia gorda. Tomé otro<br />

carrete de película, y metí los dos en la cintura de mis pantalones.<br />

Ya no me sentía pequeño ni asustado en el sótano. De hecho, me sentí en casa por primera vez desde<br />

que había regresado a Canton. Tenía mucho más en común con mi abuelo ahora que con el niño inocente<br />

que solía explorar su sótano, lo cual fue una revelación molesta a la luz del hecho de que hace unos<br />

momentos había estado sentado en la iglesia prometiéndome a mí mismo que nunca maduraría. Incuso<br />

usaba lencería de mujer, como hacía mi abuelo, y había participado en actos sexuales mucho más<br />

perversos que los de sus revistas Watersports y Anal Only. Mi abuelo había sido la figura más fea, oscura y<br />

depravada en mi vida, más animal que humano, y yo me había convertido en él, encerrado en el sótano<br />

con mis secretos mientras el resto de la familia disfrutaba en la insignificante y ordinaria superficie. Aquí<br />

abajo, vi mi negro y antiguo núcleo expuesto, como una cangrejo sacado de su concha –sucio, vulnerable,<br />

y obsceno. Por primera vez en mi vida, estaba verdaderamente solo.<br />

* * *<br />

Las primeras semanas de regreso en New Orleáns sirvieron para probar que la situación era aún peor de<br />

lo que había imaginado. El tomar un descanso había terminado con el último apoyo que pensaba que aún<br />

tenía detrás de mí, y el regresar para encontrarme exactamente en la misma situación autodestructiva e<br />

insignificante que había dejado sólo agravó todo. Tuve rachas con drogas que duraban por días, las cuales<br />

resultaron en pérdidas de conocimiento, peleas y la destrucción de casi todo lo que tenía y solía amar. Mi<br />

vida se hacía pedazos, la banda se hacía pedazos y el álbum se hacía pedazos. Era un cliché del<br />

rock’n’roll y ni siquiera había tenido éxito todavía.<br />

Sentado en el estudio con Twiggy preparándonos para grabar The Minute of Decay, sentí como el peso de<br />

la inutilidad de este proyecto me aplastaba. Había pensado que en mi ausencia, todo se arreglaría de<br />

alguna forma. Pero el hecho era que nos habíamos convencido de hacer un gran álbum, pero habíamos<br />

grabado uno terrible. Me estaba preparando para cantar a través de un amplificador para guitarra, usar una<br />

caja de ritmos, y dejar que Twiggy tocara el bajo a través de un amplificador barato. La cosa más cara en<br />

la habitación era la medio diezmada pila de cocaína frente a nosotros. Como una mosca en un anzuelo, sin<br />

importar cuando aleteara, me retorciera y luchara, no había forma de escapar. Estaba atado a una cuerda<br />

que no tenía forma de cortar. Había trabajado tan duro los últimos años sólo para estar atrapado aquí,<br />

dudando de mi propia capacidad artística y de mi propia existencia. Al menos sabía –siempre había<br />

sabido- que había una salida. Pero no quería pensar en eso. La verdad es que era demasiado egoísta para<br />

matarme y dejar que ellos –no sólo todos los del estudio, sino mi familia, mis maestros, mis enemigos, el<br />

mundo- supieran que habían ganado.<br />

Comencé a cantar. ‘No queda mucho que amar.’ Reflexivamente inhalé un poco de la cocaína frente a mi<br />

rostro. ‘Hoy estoy demasiado cansado para odiar.’ La droga ya ni siquiera me afectaba. ‘Siento el vacío.’<br />

Algo húmedo cayó en medio de la pila de polvo blanco. ‘Siento el momento de la caída.’ Era una lágrima.<br />

‘Estoy cayendo ahora.’ Estaba llorando. ‘Me gustaría llevarte conmigo.’ Ni siquiera recordaba la última vez<br />

que había llorado, o incluso sentido algo así. ‘Estoy cayendo ahora.’ Rompí en lágrimas completamente.<br />

‘¿Podrías venir al cuarto de control?’ dijo una voz a través del sistema de sonido.<br />

‘Muy bien,’ dijo Trent cuando llegué, ‘creemos que estás sobreactuando.’<br />

‘Creo que abusas un poco de tus emociones,’ añadió Dave. ‘Te dejaremos hacerlo una vez más, pero deja<br />

el teatro. Esto no es Shakespeare.’<br />

‘No creo que ustedes...’ comencé a decir pero me detuve. No creí lograr nada diciéndoles que si eran mis<br />

amigos, como había pensado alguna vez, podrían haber entendido que mi desconsuelo era real.<br />

Debí haberme ido directo a casa –me diría eso mismo mil veces después- pero no lo hice. En lugar de eso,<br />

me castigué con todo el licor, píldoras y drogas que tenía con mayor frecuencia y en mayor cantidad desde<br />

que regresé de Canton. Pero esta noche fue diferente. Un rastro de humanidad regresó a mí en el estudio,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!