Bolívar como héroe trágico - Aníbal Romero
Bolívar como héroe trágico - Aníbal Romero
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O”Leary reflejan con precisión la médula conceptual del Discurso de Angostura,<br />
un esfuerzo notable por parte de <strong>Bolívar</strong> para contener los efectos de una<br />
revolución que él alentó con todas las fuerzas de su alma grande, y que acabó<br />
por desbordarle. Por esto, a partir de 1819-21, ya completada la emancipación<br />
venezolana en Carabobo, se acentúan en <strong>Bolívar</strong> tanto la preocupación por el<br />
rumbo del proceso <strong>como</strong> la convicción de que “…con los elementos morales que<br />
hay en el país, con nuestra educación, nuestros vicios y nuestras costumbres,<br />
solo siendo un tirano, un déspota, podría gobernarse bien a Colombia.” 74 Es<br />
evidente que el problema de la dictadura le era inmanente a la independencia, a<br />
pesar de los reiterados deseos de <strong>Bolívar</strong> de asegurar la centralización del poder<br />
político sobre una base republicana legitimada. 75 Al respecto, Encina observa<br />
que:<br />
“…<strong>Bolívar</strong> se dio cuenta, desde el comienzo de su carrera, de que en los<br />
estados disueltos por la ruptura de la tradición, con su corolario la<br />
anarquía política y social, para triunfar en la lucha armada, no basta la<br />
simple concentración del mando, suficiente en los estados en forma. En<br />
ellos es ineludible la dictadura unipersonal del caudillo, libre de toda<br />
cortapisa y de toda traba constitucional o legal.” 76<br />
Ahora bien, la centralización del mando por las necesidades de la guerra<br />
devino gradualmente en concentración del mando frente a los desafíos de la<br />
anarquía y la disolución social. Ante las amenazas que percibía después de<br />
74 Diario de Bucaramanga, p. 163. Esta idea es expuesta de otra forma en su importante carta a O’Leary<br />
del 13-IX-1829: ”Un estado civilizado a la europea presenta menos resistencia al gobierno…que una<br />
pequeña provincia de América, por las dificultades del terreno y la ignorancia del pueblo; por lo mismo,<br />
nos veremos forzados a dar a nuestras instituciones más solidez y energía que las que en otros países se<br />
juzgan necesarias”, OC, 2, p. 773<br />
75 Sobre este punto, véase, Kossok, p. 389. Cabe señalar que la lucha de <strong>Bolívar</strong> contra el federalismo, si<br />
bien tenía sentido en el marco de la guerra, se oponía al enraizamiento real de las autonomías regionales de<br />
entonces. Esto se comprobó en los debates ideológicos durante la Primera República, así <strong>como</strong> en la<br />
resistencia que persistió ante los intentos centralistas hasta muy avanzado el proceso emancipador. Véase,<br />
Actas del Congreso Constituyente de 1811-1812 (Caracas: Publicaciones del Congreso de la República,<br />
1984, 2 volúmenes); también, Carrera Damas, La crisis…, pp. 47-49. Parra Pérez emite al respecto un<br />
juicio categórico: “…la autonomía y el federalismo que trataron de imponer los próceres del año onceno<br />
correspondían a la naturaleza política e histórica de los pueblos de Venezuela”, en, Historia…, p. 214<br />
76 Encina, Tomo VI, p. 120. En 1817 había dicho: “Toda la fuerza y, por decirlo así, toda la violencia de un<br />
Gobierno militar bastaba apenas a contener el torrente devastador de la insurrección, de la anarquía y de la<br />
guerra. ¿Y qué otra constitución que la dictatorial podía convenir en tiempos tan calamitosos?, OC, 2, p.<br />
1111. Véase también, Ibid., 2, p. 1002<br />
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